Inicio » Artículos » Deusto » José María Guibert: «Las universidades debemos estar en las fronteras del conocimiento, pero también en las trincheras de los conflictos»

José María Guibert: «Las universidades debemos estar en las fronteras del conocimiento, pero también en las trincheras de los conflictos»

La Universidad de Deusto ha inaugurado hoy el nuevo curso 2018-2019. El Lehendakari Iñigo Urkullu, acompañado de la consejera de

Foto: Gobierno vasco

La Universidad de Deusto ha inaugurado hoy el nuevo curso 2018-2019. El Lehendakari Iñigo Urkullu, acompañado de la consejera de Educación, Cristina Uriarte, ha presidido el acto. Durante su intervención el rector José María Guibert ha hablado de la importancia de valorar a las universidades no solo por los datos y resultados de la investigación cualitativa, sino por la aportación e impacto que éstas tienen para el desarrollo de la sociedad. En su discurso también ha reflexionado sobre el nuevo grado de Medicina, una apuesta de país y una ayuda para configurar una mejor comunidad de conocimiento.

En su discurso José María Guibert ha reflexionado sobre las distintas dimensiones de la misión universitaria y sobre lo que determina que una universidad sea buena o cumpla bien su misión. “En el mes de julio pasado la Universidad de Deusto recibió un galardón universitario internacional “Global Teaching Excellence Award (GTEA)” (premio global a la excelencia en la enseñanza) que, otorgado por las principales instituciones británicas que analizan y lideran el sector universitario de aquel país. A este premio se presentaron 300 universidades, de cuarenta países distintos y de todos los continentes, y entre éstos, otorgaron la condecoración a seis universidades: un premio global y cinco accésit. Entre los accésit está la Universidad de Deusto”, se ha felicitado el rector.

El rector ha explicado cómo la preparación para presentarse a este premio fue, sin pretenderlo, un proceso de evaluación interna de los últimos quince años de innovación docente de la Universidad de Deusto, “uno de nuestros puntos fuertes”, y una ocasión para reflexionar sobre los actuales sistemas de evaluación y medición de la actividad de las universidades.

En los últimos quince años se han multiplicado y perfeccionado los indicadores, rankings y acreditaciones, una actividad muy positiva que contribuye a conocer el valor de una institución universitaria, comparar unas entidades con otras, o realizar políticas públicas o de país. Pero que también -asegura José María Guibert- lleva a identificar o casi igualar el servicio que realiza una universidad con un tipo de investigación, excluyendo otros aportes que también se realizan en las universidades.

Así, en este tiempo, la principal área de evaluación han sido los resultados de investigación indexada. Y con eso se mide el conjunto del aporte que hace una universidad a la sociedad. Pero una cosa es la parte y otra el todo. La parte es una de las misiones de la universidad (generar un tipo de conocimiento). El todo es esa misión más otras, sobre todo el interés por los estudiantes y su formación como personas y como ciudadanos, y el liderazgo social, es decir el aporte que se realiza a la sociedad, como un agente más que interacciona con gobiernos, empresas y otras organizaciones.

Ciertamente la investigación y la búsqueda de la verdad es un bien social, y las sociedades cada vez dependen más de los logros de la ciencia y de la tecnología. Lo problemático, a juicio del rector, es no tener las herramientas y el lenguaje adecuado para medir el servicio que realiza una universidad en su contexto y quedarnos con la parte, en vez de con el todo.

El rector ha explicado que hay un movimiento en Europa y en el mundo para medir (y financiar) de otra forma la actividad científica; ya que las métricas de la llamada excelencia científica no atienden a veces a lo que demanda la sociedad: investigación transdisciplinar e intersectorial, colaborativa y con impacto. Al respecto, José María Guibert cree que estamos en una encrucijada interesante en la que nos jugamos el futuro. “El futuro es buscar sentido a las universidades más allá de las publicaciones científicas”, ha declarado.

Asegura que la conclusión es sencilla. La universidad está llamada no solo a hacer avanzar el conocimiento, sino a mover economías e incluso crear naciones”, ha puntualizado. Esto es relevante pues nos jugamos tener o no una visión estrecha y pobre de lo que es la misión de la universidad. Y ha añadido: “Debemos estar en las fronteras del conocimiento, pero también en las trincheras de los conflictos y las necesidades sociales”.

El rector también ha aprovechado su discurso para reflexionar sobre el contexto en el que Deusto realiza su trabajo. A su juicio, uno de los factores de éxito de una sociedad es el correcto equilibrio entre entidades públicas, entidades privadas con fines de lucro y las entidades sociales sin ánimo de lucro. Saber regular y promover, en vez de obstaculizar, distintas iniciativas que suponen progreso es clave. Es la base necesaria de la competitividad, cohesión social y progreso en un mundo cada vez más complejo.

Este país, Euskadi, no sería como es si hubiese funcionado la disyuntiva público/privado en términos excluyentes; no tendríamos ni enseñanza concertada, ni ikastolas, ni movimiento cooperativo… La cooperación públicoprivada y la iniciativa social forman parte del ADN de este país. “Éste es también nuestro modelo, el modelo al que Deusto quiere aportar y contribuir, el modelo que nos ha traído a todos hasta aquí y que ha situado a Euskadi a la cabeza de los índices de desarrollo humano”.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

## Suscríbete a la newsletter semanal de Donostitik.com

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

DBUS
Ekin
Día mundial del retrete
Kutxa Fundazioa
Didoe