El actor Javier Bardem recogerá esta noche, con un año de retraso, su Premio Donostia, que en 2023 pudo recibir por la huelga de actores en Estados Unidos. Siempre ligado al Festival de San Sebastián ha prometido que intentará ser breve y no llorar, pero ya se le ha escapado alguna lagrimilla esta mañana en la rueda de prensa.
Hace 30 años recibió la Concha de Plata por por las películas ‘Días contados’ y ‘El detective y la muerte’. Tenía 25 años. Ha narrado que de entonces conserva la foto del beso que le dio su madre, Pilar Bardem, «como si fueran novios», cuando se dijo su nombre en la lectura del palmarés. Hoy en rueda de prensa ha hablado de su madre («soy el hijo de Pilar, es mi mayor condecoración»), de su compromiso social con la causa de Palestina («y otras realidades terribles de las que ahora no se habla tanto»), de los premios y de la película que comenzará a rodar con Rodrigo Sorogoyen en enero en Fuerteventura, «El ser querido», proyecto que le tiene muy ilusionado.
«Soy una persona bendecida por la vida. Uno hace lo que puede. Y que te premien por una profesión que es una pasión es una guinda en un pastel», ha dicho el actor a los periodistas.
Respecto a sus compromisos sociales ha dejado claro que observa «a los que saben y provocan cambios por los derechos sociales, humanos y civiles en el mundo. Y voy eligiendo. Hay que elegir un bando. Ojalá éste fuera un mundo sin esta dualidad, pero la hay y existen cosas inadmisibles que hay que denunciar. Todo empezó con mi madre», ha explicado, añadiendo que no conoce actriz o actor «que no sea altamente sensible y empático».
Parte importante de la rueda de prensa la ha dedicado para pedir que termine la inmunidad de la que goza el Gobierno israelí. «Prohíbe que entren alimentos, agua, sanidad… hay una guerra contra los niños», ha lamentado, añadiendo que el citado Gobierno israelí no es representativo de una sociedad en la que cada vez se escuchan más voces contestatarias.
En medio de estas reflexiones ha concluido que recibe el Premio Donostia «con alegría, pero tal y como está el mundo sin espíritu de celebración».
Bardem, en fin, está en un Festival de San Sebastián que le recibe siempre como a uno de sus hijos predilectos. En unas horas el internacional actor levantará su Premio Donostia que hace cinco años recogió Penélope Cruz, su mujer, y con sorpresa. A ver qué ocurre esta noche y, a ver si, como ha dicho Javier, logra no llorar.
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