(Clara García de Cortázar/EFE). Empezar de nuevo. Eso es lo que han hecho Irati Idiakez y Aitana Moreno, dos universitarias guipuzcoanas que sufrieron un gravísimo accidente en Chile como consecuencia del cual la primera perdió un brazo y la segunda tiene importantes lesiones en una pierna. Seis años después de aquello, las dos son campeonas del mundo.
Irati Idiakez logró tres metales -dos oros y una plata- en los mundiales de snowboard paralímpico del año pasado, mientras que Aitana Moreno fue oro en jiu jitsu adaptado en Abu Dhabi, arte marcial en el que habitualmente se enfrenta y gana a personas con movilidad total.
El deporte está detrás de la historia de superación de ambas jóvenes, estudiantes de la Universidad de Deusto en San Sebastián, que se encontraban en Chile con un «programa de intercambio», tipo Erasmus, cuando su vida saltó por los aires en apenas un instante.
Fue el 10 de diciembre de 2017, cuando el autobús en el viajaban entre Santiago y Villa del Mar para pasar unos días cerca de la playa, tras haber completado su semestre de Trabajo Social, perdió el control y volcó.
El camino no ha sido fácil
En ese momento comenzó su nueva vida que, según confiesan ambas, es «mejor» que la anterior, aunque reconocen que el «camino no ha sido fácil» y que sin el apoyo de su entorno no hubiera sido posible.
Estas dos estudiantes, que tenían entonces 21 años, rememoran en sendas entrevistas con EFE la ardua recuperación física y, sobre todo, mental que han superado para reconducir sus vidas, hilvanar nuevos sueños y encumbrar a lo más alto el deporte femenino español.
Irati Idiakez (Getaria, 1996) tuvo que someterse en Chile a varias operaciones que terminaron con la amputación de su brazo derecho. Fue durante su rehabilitación cuando recibió la llamada de la Federación Vasca de Deporte Adaptado para subirse, por primera vez, a una tabla de snow.
Fue así, por casualidad, como a los pocos meses del accidente se topó con la disciplina que la encaminó, de nuevo, hacia la felicidad. «Me vino superbien para trabajar la cabeza, aprender a vivir con una discapacidad, asumir que me faltaba el brazo y pasar el duelo», recuerda.
Desde entonces, esta mujer menuda de sonrisa permanente, que tiene su base de entrenamiento en Baqueira Beret, se ha erigido en una de las grandes bazas españolas del snowboard adaptado y se ha situado entre las mejores tablas del panorama mundial.
En 2021, se llevó el Globo de Cristal a la mejor deportista de su categoría en la Copa del Mundo y en 2022 se colgó dos platas en los Mundiales, a las que se sumaron las tres medallas conseguidas en 2023 en La Molina, los oros en cross por equipos y en dual banked slalom, así como la plata en la prueba individual de cross.
«Mi vida es plena y me llena más que la que tenía antes», afirma la ‘rider’ vasca, que asegura que, en ocasiones, las «mayores barreras» son las que se pone uno mismo y alienta a perseguir los sueños, a hacerlo siempre lo mejor posible y a tirar para adelante.
Un puzle con mucho trabajo mental
«Todo es un puzle que exige mucho trabajo mental. Lo que se ve al final es precioso. Dedicarte a algo que te gusta, el deporte, la montaña, pero detrás hay un montón de trabajo y sacrificio» que, en su caso, «compensa» con creces.
Entre sus ilusiones está ahora brillar en unos Juegos Paralímpicos de Invierno y, aunque su categoría probablemente no esté en Milán 2026, no se rinde y confiesa que habrá que «pelar» por los de 2030.
La historia de superación de esta joven guipuzcoana no hubiera sido posible sin su familia, sus amigos y su pueblo. «Sola no sé si hubiera podido seguir adelante», reconoce.
El vínculo de amistad inquebrantable que mantiene con Aitana Moreno también sobrevivió al accidente. «Para mí es como si fuera mi mitad», asegura.
«Siento lo que ella siente sin necesidad de hablar con ella», coincide Aitana Moreno, convencida de que «lo mejor y lo peor» de su vida ocurrió en ese mismo autobús, que le dejó graves lesiones en la pierna derecha por las que tiene reconocida una discapacidad del 34 %, pero que le brindó la oportunidad de forjarse una nueva vida.
«Si me tengo que montar en ese autobús, me monto otra vez ahí», asegura convencida Aitana Moreno, quien se cruzó durante su rehabilitación con este arte marcial que le ha dado todo y en el que acumula metales pese a competir contra personas con movilidad total.
La primera vez que se enfrentó a deportistas con discapacidad fue en el mundial disputado el año pasado en Abu Dhabi en el que quedó primera, un título mundial que suma a su laureada carrera deportiva en la que ha encontrado «la felicidad plena» y hasta el amor.
«Al final, tú misma tienes que querer estar bien. Tener voluntad de seguir, de volver a caminar, de hacer tu vida, de salir adelante, de hacer todo lo que te propones. Igual no es de la misma forma que los demás, pero sí de una diferente, que es la tuya», sostiene.
«No cambiaría mi vida por la anterior»
Esta joven donostiarra está afincada en Madrid, donde codirige con su pareja la academia Atenea Brazilian Jiu Jitsu Team, que imparte este arte marcial a niños y adultos y ofrece preparación física de alto rendimiento.
Reconoce que ha habido «momentos malos» y un gran trabajo psicológico y de apoyo familiar de fondo pero que el resultado ha merecido la pena. «No cambiaría mi vida por la anterior», sentencia.
Recién aterrizada de un europeo en París, donde logró el tercer puesto, Aitana Moreno tiene otra cita importante en marzo en Portugal antes de afrontar en el mes de abril el Grand Slam de Roma, su primera competición como cinturón morado, también contra personas que no tienen discapacidad. «Otro reto más y a seguir», concluye.
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