(EFE). El juzgado que investiga la muerte de una bebé ocurrida en un despacho profesional de Irun atribuye indiciariamente a su madre un delito de homicidio imprudente, en el que también implica, por presunta participación o «encubrimiento», a un varón con quien mantenía «una relación afectiva» y que se encontraba con ella en aquel momento.
El auto de conversión de la causa en Procedimiento Abreviado, que cierra la fase de instrucción y al que ha tenido acceso EFE, sostiene que la pequeña, de tan sólo cinco meses, habría muerto entre las 9.00 y las 10.00 horas del 10 de agosto de 2021 a consecuencia de un «traumatismo craneoencefálico» producido entre diez y quince días antes, presuntamente «por un golpe o caída imprudente por parte o en presencia de su madre».
Una situación ante la que, según el citado documento, la mujer, de nacionalidad nicaragüense, presuntamente «no hizo nada», sin llegar a prestar «auxilio posterior a la bebé» o trasladarla «a los servicios sanitarios a fin de que pudieran evitar su muerte».
El auto, que ya ha sido recurrido por las defensas, destaca que, «con conocimiento de lo anterior», el varón, natural de Perú y dueño del citado despacho, prestó a la madre mil euros «a fin de que pudiese repatriar el cadáver».
El escrito «atribuye» por ello indiciariamente a este hombre, representado por el letrado Miguel Escribano Uzcudun, «los hechos descritos» o «su encubrimiento, al tener noticia de lo ocurrido sin tomar medidas para evitar el trágico suceso».
El incidente se remonta a la medianoche del 9 de agosto, cuando la madre de la niña, de tan sólo cinco meses de edad, acudió al despacho del hombre, con el que «mantenía una relación afectiva», acompañada por el abuelo de la menor, quien posteriormente abandonó el lugar.
El dueño del despacho, situado en el centro de la localidad fronteriza, ayudó entonces a la mujer a acceder con el carrito de la bebé al interior del inmueble, que también hacía las funciones de «vivienda», donde ambos «estuvieron conversando y mantuvieron relaciones sexuales», mientras la pequeña «se encontraba con ellos, aún con vida».
No obstante, según el documento, la niña presuntamente «falleció entre las 9.00 y las 10.00 horas» del 10 de agosto como consecuencia del «traumatismo craneoencefálico» que al parecer podría haber sufrido días atrás.
En este punto, el auto hace hincapié en las «versiones contradictorias» sobre lo ocurrido facilitadas «desde un primer momento» por ambos investigados, quienes «no ofrecieron» un relato «creíble y verosímil» de lo sucedido.
Recuerda así que, según la versión del hombre, cuando él despertó, a las 10.00 horas, vio a la menor «en posición rara en las piernas de su madre, muy erguida y con un color extraño» por lo que también despertó a la mujer y llamaron «a los servicios de emergencia».
Por el contrario, la investigada dijo que, hacia las 7.00 o las 8.00 horas, tras dar el biberón a la menor, la niña empezó a vomitar «un líquido blanco» y «sangre con agua», instante en el que despertó al hombre e intentó llamar a los servicios de emergencia pero no lo logró porque su móvil «no daba señal», mientras el varón «iba y venía por el despacho», «muy nervioso» y «tardó en llamar a los sanitarios».
El auto insiste en que ninguno de los dos investigados llegó a ofrecer «una versión creíble y verosímil de los hechos», a pesar de tratarse de «una muerte violenta» de una bebé.
Un incidente de «una gravedad intrínseca», de los que «lógicamente» causan «alarma social» dada «la vulnerabilidad y fragilidad de una menor de tan solo cinco meses», subraya el documento, que da ahora traslado a la Fiscalía para que formule escrito de acusación solicitando la apertura de juicio oral o, en su caso, el sobreseimiento.
Por su parte la defensa del hombre ha solicitado la no continuación de la causa contra su cliente ya que, según indica en su recurso, «el hecho de que el fallecimiento de la menor se produjera en su despacho no supone la existencia de ningún indicio racional, bastante y suficiente, de criminalidad».
Matiza a este respecto que la presunta «imprudencia» que habría derivado en la muerte de la bebé se habría ocasionado «entre diez o quince días antes» y en otro punto «diferente» por lo que el fallecimiento podría haber sobrevenido en cualquier lugar.
Finalmente, aclara que los mil euros que el hombre prestó a la madre de la niña «formaban parte de una recolecta realizada entre personas del colectivo latinoamericano residente en el País Vasco» para facilitar la repatriación del cadáver.
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