(EFE). El entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, no pudo ocultar ayer su decepción por dejar escapar una victoria en los minutos finales ante el Betis. Reconoció que su «nivel de cabreo es máximo» y que está «enfadado» consigo mismo.
«No se qué decir, estoy dolido, enfadado y con ganas de pedir perdón porque no podemos dejar vivo al rival cuando está muerto», reconoció un Alguacil que dijo que es momento de «hacer autocrítica» tras «regalar dos puntos».
El técnico guipuzcoano recordó que el encuentro estuvo «equilibrado» y que su equipo hizo las cosas «muy bien y cosas buenas en 80 minutos», hasta los siete finales en los que encajó los dos goles del Betis que empataron el choque.
Alguacil cree que el tanto de Canales «generó dudas» a sus jugadores y, acto seguido, llegó el gol de Joaquín para el 2-2 y cambió un partido que para Alguacil «tiene que servir para aprender y que no vuelva a suceder».
Reconoció que «después de lo que ha pasado» habría hecho las cosas de otra manera y que «las sustituciones llegaron porque Merino tenía tarjeta amarilla, Oyarzabal estaba cansado… pensando siempre que era lo mejor».
Destacó por último que los jugadores que entraron al campo lo hicieron «para hacer más fuerte al equipo» y que los sustitutos «demostraron en partidos importantes lo que valen y han jugado muchos minutos esta temporada».
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