«Hoy queremos recordar y reconocer a todas las personas, empresarios y directivos vascos, que padecieron el sufrimiento, el rechazo y la soledad, fruto de la violencia y la extorsión terrorista. Recordamos a las personas y a sus familias que vivieron en primera persona el dolor injusto e irreparable, la amenaza y el acoso tanto personal como familiar sufrido en tantos, demasiados años».
Cerca de 600 personas se han reunido hoy en el Acto de Memoria y Reconocimiento al empresariado vasco organizado por Confebask y sus asociaciones fundadoras ADEGI, CEBEK y SEA. Entre los asistentes, se encontraba el lehendakari del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu.
El acto ha incluido los testimonios de cuatro víctimas (Cristina Berazadi, hija de Ángel Berazadi, primer empresario asesinado por ETA; Andoitz Korta, hijo de Joxemari Korta y presidente de ADEGI cuando fue asesinado; Iñaki García Arrizabalaga, hijo de Juan Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Gipuzkoa asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, y Martín Ceballos, fundador de Talleres Marel, que sufrió cinco atentados con bomba en su empresa) y después se han proyectado los nombres de los 49 empresarios y directivos vascos asesinados durante cerca de 40 años de terrorismo, además de que se ha hecho referencia a los 52 secuestrados y a las decenas de miles de extorsionados y amenazados.
El presidente de Confebask Roberto Larrañaga ha realizado una declaración institucional en la que ha subrayado que “el acto de hoy es un acto de recuerdo y de justicia. Estábamos obligados a hacerlo”. «La gran mayoría del empresariado vasco ha continuado durante esos años trabajando en sus empresas y viviendo en nuestros pueblos y en sus casas con sus familias. La sociedad vasca sabe que hemos demostrado siempre nuestro compromiso con este país y que a pesar de todo lo vivido hemos creado riqueza, empleo y bienestar para todos».
A pesar de todo lo padecido durante cuatro décadas Roberto Larrañaga no ha querido terminar sin compartir “un mensaje de ilusión, de esperanza y de fe en lo que somos y lo que hemos logrado entre todos. Miramos al presente y al futuro con ilusión y esperanza. También con la confianza de que los próximos años serán mejores para todos: con crecimiento económico, mejora del empleo y bienestar para todas las personas que formamos Euskadi”.
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