Además de la Medalla al Mérito Ciudadano que ya recibió, el Ayuntamiento ha puesto el nombre de la bibliotecaria Concha Chaos a una calle del nuevo barrio de Txomin Enea. Pero quedaba pendiente un reconocimiento desde su propio mundo, el de las bibliotecas, y no hay mejor día que el el 2 de abril, fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen y Día Internacional del Libro Infantil.
Por todo ello estes martes la Biblioteca Infantil de Donostia homenajeará de forma muy especial a la que fue responsable del centro, la biblotecaria Concha Chaos, fallecida en 2014. Concha fue una auténtica pionera en su género. El homenaje, en Fermín Calbetón 25, comenzará a las 18.30 horas y será para mayores de diez años y adultos. Maite, sobrina de Concha, de once años, hablará sobre quien más le ha influido para amar la lectura
Concha tenía 24 años cuando empezó a trabajar en la Biblioteca Municipal, en su sede de la Plaza de la Constitución, y continuó allí hasta su jubilación en 2007. Tuvo una fructífera trayectoria profesional de 46 años y fue la precursora de las bibliotecas infantiles. En la década de los 70 creó una sección infantil en la tercera planta de la Biblioteca Municipal donde muchos pequeños donostiarras le tomaron gusto a la lectura.
En 1994 San Sebastián dio un salto en esta materia. Se inauguró la nueva sede en la calle Fermín Calbetón 25, la actual Biblioteca Central Infantil, y Concha capitaneó el proyecto. Ya entonces introdujo nuevos servicios como el Centro de Documentación del Libro Infantil y la Bebeteca para niños de 0 a 5 años.
Consciente de la necesidad de aficionar a los más pequeños a la lectura, en el ámbito de la enseñanza subrayaba la necesidad de las bibliotecas escolares. Y en la década de los 90 fue una de las fundadoras de la Asociación de Bibliotecarias y Documentalistas de Gipuzkoa.
En el año de su jubilación el Ayuntamiento de San Sebastián le concedió la Medalla al Mérito Ciudadano.
Además de ser bibliotecaria Concha fue una gran amante y coleccionista de libros. Conservaba especialmente libros de literatura infantil y tras su fallecimiento su sobrina, Altamira, cumplirá la petición que Concha le hizo donando su colección de libros al Centro de Documentación Infantil.
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