Los conductores de Pesa exigen una solución a la situación de conflicto con los usuarios que se está dando en las líneas Aeropuerto de Bilbao-Donostia y Donostia-Arrasate debido al sistema de venta de billetes. «En ocasiones hemos tenido que recurrir a la Ertzaintza para garantizar nuestra seguridad», denuncian los profesionales del volante, debido al caos que se produce. «Recientemente nos hemos dirigido a la Secretaría de Transportes de la Diputación foral de Gipuzkoa exponiendo la problemática existente sin obtener respuesta», añaden.
En el primer caso, el trayecto desde el aeropuerto de Bilbao a Donostia son varias las modalidades de pago, tanto de forma anticipada como en la misma terminal mediante una máquina de autoventa «que frecuentemente falla o se queda sin papel permitiendo la operación sin dar el billete». También se permite la compra en el mismo autobús, pero no resuelve nada. «Gente sin billete se agolpa a la entrada del autobús esperando comprarlo allí cuando en ocasiones se llega con todas las plazas vendidas. Tenemos que dar siempre prioridad a las reservas ya realizadas, dando paso después a la venta. Pero resulta imposible ya que debido al nerviosismo de quedarse fuera se bloquea la entrada, se empuja, se insulta y se nos agarra o aparta creándose un caos que, en ocasiones, nos lleva a recurrir a la Ertzaintza para garantizar nuestra seguridad y poder realizar nuestro trabajo.
Los chóferes piden que se instale una taquilla de venta de billetes con personal, al igual que Bizkaibus, centrando toda la venta en dicha taquilla.
En el caso de la línea Donostia-Arrasate el problema es similar, aunque lo es en días y horas puntuales. Se permite tanto la venta anticipada como en el propio autobús, al igual que un urbano, no así en la taquilla de la estación. Como en el caso anterior la prioridad de la entrada es para las personas con billete sabiendo que habrá gente que se quede fuera.
En la estación de Gasteiz ocurría exactamente el mismo problema en los destinos a Eibar, Arrasate o Donostia y se subsanó no permitiendo la venta en el propio autobús, salvo en las ocasiones en que la taquilla estuviera cerrada. «Pedimos para la estación de Donostia la misma medida», dicen los chóferes.
«Estas situaciones provocan ansiedad y nerviosismo en la conducción del vehículo que después arrastramos a nuestra vida diaria. Los conductores no somos responsables de las deficiencias de los servicios y no está en nuestra mano solucionar los problemas», han expresado los profesionales por medio de un comunicado de LAB.
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