Nueve óperas en cinco años, una oportunidad maravillosa de desarrollo para el talento musical gipuzkoano y de disfrute para los aficionados a la ópera, que pueden verla en casa y con una gran calidad. Es lo que ha ofrecido Opus Lirica y en particular Ainhoa Garmendia todo este tiempo. Sin embargo hoy la soprano ha lanzado una llamada de emergencia en el Kursaal porque las cuentas no salen y ni las instituciones ni el público han respondido como se esperaba. Garmendia ha presentado el concierto de este viernes en que el Orfeón Donostiarra interpretará coros de ópera en beneficio de Opus Lirica, y ha desvelado que la ópera que pondrán en escena en febrero será ‘La flauta mágica‘. Garmendia se declara una mujer optimista, pero no esconde la realidad: podría ser la última producción de Opus Lirica.
«Tenemos Musikene, coros de gran nivel, orquesta… que Donostia tenga una temporada de ópera estable no puede ser algo tan titánico», comentaban hoy en el Kursaal los presentes. Sin embargo el director del Orfeón Donostiarra, José Antonio Sainz Alfaro, ha sido clarísimo al comparar con un «agujero negro» la aventura de esta soprano residente en Alemania. Sólo la Diputación colabora económicamente con el proyecto, que en opinión de responsables del Gobierno vasco choca con el de Bilbao. Con todo Garmendia volverá a insistir y se reunirá nuevamente con responsables del Consistorio donostiarra y del Ejecutivo vasco. A los artistas ya les ha pedido favores: «rebajan su caché para cantar con nosotros», ha reconocido.
Junto a Garmendia estaban esta mañana el diputado de Cultura Denis Itxaso, el director del Orfeón Donostiarra Sainz Alfaro, el presidente de la citada entidad José María Echarri y Jagoba Fadrique, barítono y miembro de los Amigos de la Ópera de Donostia.
«Hay que llenar el Kursaal este viernes. Hay que demostrar que queremos que se haga una temporada de ópera estable en San Sebastián», ha expresado Echarri. Con coros de óperas tradicionales el atractivo del programa que se ofrece es innegable y el Orfeón Donostiarra suma con entusiasmo esta nueva causa a su ya nutrida lista de conciertos benéficos.
Pese al entusiasmo Sainz Alfaro ha sido elocuente: «A este paso la música clásica va a desaparecer porque no se ha trabajado desde abajo. El 50% del público que escuchaba al Orfeón hace 20 años ya no está».
Denis Itxaso ha aguantado el chaparrón como único representante de las instituciones, si bien la Diputación subvenciona con 25.000 euros anuales a Opus Lirica. Tras la alusión de Sainz Alfaro en ese sentido, el diputado ha anunciado que en marzo presentarán una norma foral de mecenazgo que podría ser muy beneficiosa para proyectos culturales como el de Ainhoa Garmendia.
Respecto a ‘la flauta mágica’, que se representará en febrero en el Kursaal (los gastos que supone el Teatro Victoria Eugenia hacen inviable representarla allí), «será una producción futurista llena de luces y efectos, pero fiel a la historia». Y habrá una función familiar.
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