Se ha celebrado por tercer año HAU. Concurso de diseño de objetos tradicionales vascos organizado por Bitamine Faktoria con la colaboración de San Telmo Museoa, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Mondragon Unibertsitatea y Ramírez i Carrillo estudio.
El objetivo del Concurso de Diseño de Objetos Tradicionales Vascos HAU es actualizar el diseño de un objeto tradicional presente en la cultura vasca. De esta manera, se contribuye, por un lado, a la investigación y a la eventual recuperación de usos y costumbres tradicionales y, por otro, a una adaptación, renovación y reinterpretación de objetos tradicionales desde el punto de vista del diseño contemporáneo, estableciendo nuevas relaciones con nuestra historia y ampliando las líneas de investigación y los campos de acción del diseño.
La pieza objeto de revisión en la convocatoria de este año es el zizeilu, un mueble funcional que se colocaba cerca del fuego. Es un banco alargado que se colocaba a lo largo de una pared y tenía un alto respaldo continuo desde el suelo. Una de las particularidades de este mueble es la tabla abatible.
En la exposición se puede ver el trabajo ganador del concurso, Zura, de Uxue Aritimuño, Amaia Baztarrika y Olatz Mandiola, junto con una selección de los trabajos más destacados que se han presentado. La mención especial ha sido para Eako, de Aizea Fernández de Lapeña e Idurre Elorza.
Según el jurado el proyecto premiado combina con destreza y sensibilidad los aspectos técnicos, funcionales y formales del objeto, proponiendo un diseño que destaca por su riqueza en el lenguaje empleado, manteniendo la fidelidad al objeto original y actualizando alguna de sus características principales a los usos y costumbres actuales.
¿Cómo era el zizeilu original?
El zizeilu es un mueble funcional que se colocaba cerca del fuego. La mayoría de piezas datan del siglo XVI y XVII, aunque no dejaron de fabricarse hasta el siglo XIX. Es un banco alargado realizado en madera de pino, castaño o chopo. Se colocaba a lo largo de una pared y tenía un alto respaldo continuo desde el suelo con el objetivo de proteger de las corrientes de aires y evitar que el calor del fuego se dispersase. Una de las particularidades de este mueble es la tabla abatible que se sujeta al respaldo mediante bisagras. Esta tabla que hace las funciones de mesa tiene a su vez una pata como apoyo.
Algunos ejemplares disponen de un espacio cerrado mediante cortinas, pequeñas puertas o finos barrotes de madera debajo del asiento que aprovechando el calor del fuego contiguo se utilizaba para criar pequeños animales como gallinas o conejos. En los modelos más sofisticados se configuran pequeños armarios en los cierres que forman los laterales del respaldo. En cuanto a los aspectos ornamentales, este tipo de mueble presentaba algunas tallas decorativas sobrias. En las piezas del siglo XVIII era frecuente encontrar motivos decorativos en la parte superior de los pilares del respaldo como un recorte circular a modo de estela, cuyo significado exacto se desconoce. El origen etimológico de la palabra proviene de la voz latina subselliu(m): sub (bajo) + sellium (silla) y en euskera encontramos multitud de variantes dependiendo de la comarca, como zizailu, zizilu, zizilo, züzülü, txisilu o txitxelu, entre otras muchas.
La utilización de este banco-mesa estaba restringido a las personas que ocupaban la más alta posición en la jerarquía del caserío, el cabeza de familia o el abuelo por parte paterna eran los que se sentaban en él, y a su alrededor en asientos de tres patas y más bajos, los hijos y las hijas. Sin embargo, cuando se recibían invitados los familiares de menor escalafón cedían su lugar como muestra de hospitalidad. Tradicionalmente las mujeres no se sentaban en el zizeilu.
San Telmo Museoa muestra dos piezas de la colección en su exposición. La primera de ellas responde a la tipología con mesa redondeada y está situada en el claustro del museo. El segundo ejemplo, de menor tamaño, se expone en el apartado La tradición pervive, en la recreación de la cocina tradicional que muestra su contexto original.
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