La asociación naturalista Haritzalde se ha mostrado muy contraria al slackline que han colocado en la cala Tximistarri de Donostia, una cuerda plana que recorre medio kilómetro a 100 metros de altura. La organización muestra su preocupación por esta actividad, ya que es una época del año “sensible para las aves” porque están criando, y esto supone una amenaza. “¿Por qué no buscar otra ubicación o, al menos, haberla autorizado fuera del periodo de cría, por ejemplo, de agosto a diciembre?” Se pregunta la organización.
La organización naturalista muestra su enfado porque esta acción ha sido autorizada «por la Diputación Foral de Gipuzkoa, “el organismo que debe garantizar la conservación y protección de esas especies”.
En palabras de Haritzalde “hay unas líneas rojas que no se deberían traspasar como son la posible afección a hábitats de interés o a especies amenazadas”.
En un comunicado Haritzalde subraya que “la Ley protege el hábitat de las especies amenazadas (…) y protege estrictamente sus lugares de reproducción. Por ello resulta totalmente incomprensible que la Diputación haya autorizado el slackline en Tximistarri a sabiendas de que en ese entorno crían especies amenazadas como el cormorán moñudo, el halcón peregrino o el cuervo y que, además, están en pleno periodo de cría”.
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