El colectivo Haritzalde denuncia la situación en que se halla la ladera situada detrás de la Ikastola Ekintza «año y medio después de que se arrasara con más de 20.000 metros cuadrados de bosque». «Están a tiempo de regenerar las pistas, retirar la vegetación exótica y de revegetar con especies autóctonas toda la parcela», insiste el colectivo, que supone «que tanto la sanción anunciada por el Ayuntamiento como la de la Diputación habrán sido ejemplarizantes».
Haritzalde, que ya denunció el hecho en su momento, ha recordado que «para realizar la matarrasa en esta zona de gran pendiente se procedió además a la apertura de casi un kilómetro de pistas, dando con todo ello vía libre a la erosión y la pérdida de suelo».
«Es evidente es que no se ha restaurado nada, ni tampoco se ha plantado. El invierno pasado no se produjo la reforestación y ahora que se acerca el nuevo periodo de plantación esperamos que se aproveche para reforzar la vegetación autóctona que espontáneamente está creciendo y se aproveche a eliminar la exótica», ha expresado Haritzalde en un comunicado.
Respecto a la seguridad, que fue el motivo esgrimido para la tala, mantiene Haritzalde que con la acción realizada no hizo sino aumentar el riesgo de desprendimientos. «El Ayuntamiento ordenó por vía de urgencia la tala de una banda de 50 metros sobre el centro y el aseguramiento de la pendiente. Sin embargo, la empresa amplió la tala hasta los 100 metros abriendo numerosas pistas y dejando totalmente pelada la ladera, aumentando enormemente el riesgo de erosión, pérdida de suelo y desprendimientos».
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