Con «prudencia» ante la resolución del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, pero también «con firmeza». El alcalde Eneko Goia se ha referido hoy al varapalo del TSJPV, que tras un recurso de VOX ha ordenado la inclusión de los Cuarteles de Loiola como edificios protegidos en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido (PEPPUC). Esto impediría la demolición y la construcción de viviendas. «Vamos a pelear hasta el final», ha respondido Goia.
El acuerdo para la transacción del terreno con el Ministerio de Defensa estaba a punto de cerrarse, tal y como anunció el alcalde hace unos días. Sin embargo el recurso conocido ayer deja todo en punto muerto. En principio Goia habló ayer con la ministra de Defensa, Margarita Robles, y en rueda de prensa ha dejado traslucir que ambos comparten el interés por sortear «este palo en las ruedas» y mantener el plan previsto. Por ello tienen programada «una lectura conjunta» de la decisión.
Con «vocación de seguir adelante», los servicios jurídicos del Ayuntamiento estiman como «absolutamente necesario» recurrir la sentencia del TSJPV, si bien Goia reconoce que «hay incertidumbre».
Por otro lado el alcalde se ha mostrado abierto a la protección de determinados elementos de los Cuarteles de Loiola y ha reconocido la singularidad de los edificios principales. «Pero no puede ser que se imposibilite su uso. Hay que buscar un equilibrio». Frente a esto, ha quedado claro que «VOX quiere que los cuarteles sigan siendo cuarteles». ha dicho Goia.
Intencionalidad política
«El objetivo del Gobierno municipal es unánime», ha manifestado el alcalde, añadiendo que «el uso principal que merece esa parcela no es ser un cuartel», y destacando la «intencionalidad política» por parte de VOX, «una fuerza política que no tiene representatividad en el Ayuntamiento de San Sebastián».
Cabe apuntar también que más allá del plan urbanístico está la gestión hidráulica del espacio. «URA dice que sin un desarrollo hidráulico de la zona no puede haber uno urbanístico. Y hay que elevar la cota como en Txomin o Martutene. ¿Cómo se compatibiliza esto con la conservación del patrimonio?», se ha preguntado Goia.
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