Unas 250 personas han desafiado el tiempo desagradable de esta mañana y se han congregado en el Boulevard donostiarra para recordar que el movimiento de pensionistas cumple mañana un año de lucha activa en defensa de las pensiones. Sus representantes han leído un comunicado anunciando que sigue la lucha; han emitido música reivindicativa, como el No nos moverán; y hasta han brindado con vino dulce y pastas, “por todo el tiempo que llevamos luchando”.
En este año ha habido mejoras, pero distan de colmar sus expectativas. Así que, recalcan, seguirán batallando “como hasta la fecha”. No en vano, “como nos ha demostrado la experiencia”, es “la única vía” para que lleguen los logros.
Este 2019 han reiniciado sus concentraciones: seguirán “en la calle, con el ánimo de que esta lucha la vamos a ganar”, para bien de ellos mismos y de las “futuras generaciones”. Ahora también quieren “aprovechar el contexto de las elecciones municipales, forales y europeas” para exigir a los políticos que se posicionen. Su consigna seguirá siendo “gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden”.
Algunos logros, no todos
El 15 de enero de 2018, el movimiento de pensionistas (“tanto de Hego Euskal Herria como del resto del Estado”) comenzó sus actuaciones contra la subida del 0,25% de las pensiones que decidió el Gobierno central, bajísimo para sus expectativas. Desde entonces, todos los lunes se concentran en las plazas de los ayuntamientos y convocan manifestaciones de ámbito comarcal o provincial, “con la participación de miles de pensionistas”.
Ese “gran esfuerzo” ha posibilitado “que obtengamos pequeñas mejoras”, como que sus demandas estén presentes en la agenda política y los partidos tengan que posicionarse, o que los Ejecutivos central, vasco y navarro estén “obligados” a tomar medidas. Entre los logros, “hemos logrado que las pensiones en general suban” un 1,7% en 2018, y un 1,6% en 2019, así como que las pensiones mínimas crezcan un 3%, por citar algunos ejemplos.
Pero los avances “aún son insuficientes”, de hecho “están muy lejos de nuestras reivindicaciones principales”. Por ejemplo, la garantía de una subida permanente vinculada al IPC; una pensión mínima de 1.080 euros; o la derogación “definitiva” del factor de sostenibilidad y las reformas de las pensiones laborales de 2011 y 2013.
Además, de forma más general, piden “servicios públicos de calidad, para que en el último tramo de nuestra vida podamos vivir con dignidad”.
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