Son 123.000 toneladas de alimentos despilfarrados en Gipuzkoa al año (23% en desperdicio y 77% en perdidas), lo que supone un despilfarro de 90 kilogramos por persona. Esta problemática, que afecta a todos los países desarrollados, se da mientras el consumo de una gran proporción de la población mundial sigue siendo insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas. Un tercio de los alimentos producidos en el mundo es desperdiciado según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO). Ante ello los objetivos de Desarrollo Sostenible pretenden para 2030 reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante.
El Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa ha celebrado hoy en el Koldo Mitxelena una Jornada sobre el reto del Despilfarro Alimentario en el siglo XXI junto con Impact Hub Donostia. En este encuentro han participado diversos agentes expertos en la materia. Entre otros han intervenido el diputado de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa José Ignacio Asensio, el diputado del Parlament de Catalunya Raúl Moreno Montaña, la directora de Impact Hub Donostia Josune Razkin, el director de la ONG Prosalus José María Medina, etc.
Dentro de la estrategia de lucha contra el cambio climático (Gipuzkoa Klima 2050) y del propio Plan de Gestión de residuos (PIGRUG 2019-2030) el Departamento de Medio Ambiente trabaja en la prevención del despilfarro de alimentos desde distintos frentes: el programa último minuto del Banco de Alimentos con el que se llegan a aprovechar más de 1.000 toneladas de alimentos al año, por ejemplo.
Otras actuaciones
El Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa, en colaboración con la Dirección de Medio Ambiente del Ayuntamiento, ha llevado a cabo el proyecto piloto ‘Gourmet bag‘ con aquellos establecimientos ubicados en la Parte Vieja y comprometidos con el problema del despilfarro alimentario. Entre otras medidas se les han facilitado medios para dar a conocer a la clientela la posibilidad de llevarse raciones sobrantes (“gourmet bags”) a través del uso de recipientes compostables. El proyecto Gourmet Bag se ha establecido en 12 bares y restaurantes de San Sebastián y hasta la fecha se han repartido 1.635 cajas.
También se ha lanzado Amona Maritxu una campaña genérica de sensibilización a la ciudadanía para evitar el despilfarro alimentario. Otro proyecto es el de los productos circulares, que consiste en realizar el prototipado de nuevos productos a partir de la revalorización del despilfarro de alimentos. Así se aprovecharía el pan procedente del despilfarro alimentario para la producción de cerveza, conectando a agentes del territorio para el desarrollo de prototipos que den solución al despilfarro alimentario a través de la economía circular.
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