‘Bakardadea-K’ es la nueva estrategia de público-privada que pone en marcha la Diputación Foral de Gipuzkoa para combatir la soledad no deseada entre las personas mayores. Mediante esta iniciativa se marcará una hoja de ruta para hacer frente al reto de la soledad a través del fortalecimiento de los vínculos sociales y comunitarios.
La construcción de la estrategia ‘Bakardadea-K’ parte de un análisis y del reconomiento a todas las iniciativas que se han desarrollado por parte de diversos agentes del territorio. En concreto se sustenta sobre tres pilares: la extensa base que ofrece el estudio Bakardadeak realizado por Matia Fundaziona en el marco del Programa de Ayudas Adinberri 2018, una reflexión compartida por diversos agentes e impulsada por el Teléfono de la Esperanza e iniciativas impulsadas desde los ayuntamientos guipuzcoanos y por los agentes del tercer sector.
«Profundizaremos en los cuidados, en el rol que debe jugar cada agente, en impulsar las relaciones intergeneracionales, aprovechando la innovación sociosanitaria y la tecnología», explicó ayer al respecto la diputada foral de Políticas Sociales, Maite Peña.
Esta iniciativa está impulsada por la Diputación Foral de Gipuzkoa y Adinberrri con la participación y colaboración de personas expertas en el ámbito sociosanitario, personal investigador, ayuntamientos y entidades del tercer sector social. Hasta la fecha, y con el objetivo de complementar la fase de diagnóstico, se sigue ultimando el Mapa de la Soledad de Gipuzkoa, «se ha realizado un mapeo del conjunto de iniciativas en torno a la soledad de las personas mayores impulsadas desde los ayuntamientos u otras entidades locales. Es una información muy valiosa y que nos da perspectiva de lo que ya se está haciendo, una parte fundamental en la construcción de la estrategia», explicó la directora de Adinberri, Rakel San Sebastián.
Sara Marsillas, una de las investigadoras del estudio ‘Bakardadeak’, explicó las conclusiones que se extraen del estudio. Además de una revisión bibliográfica, un estudio cualitativo sobre las percepciones y motivos asociados a la soledad, y la evaluación del impacto de las intervenciones de acciones voluntarias se ha realizado un estudio cuantitativo a una muestra de 2.050 personas mayores de 55 años, el cual muestra los perfiles de soledad existentes en Gipuzkoa.
El estudio cualitativo revela que la pérdida es uno de los desencadenantes más comunes de la soledad y que las personas que se sienten solas suelen tener dificultades a la hora de ordenar sus días a partir de actividades significativas.
El estudio cuantitativo contabiliza la prevalencia de la soledad percibida entre las personas de 55 y más en Gipuzkoa. En cuanto a la parte más objetiva del estudio, los resultados reflejan que el 27,3% de las personas mayores de 55 años viven en hogares unipersonales: el 72,4% está compuesto por mujeres y el 40% por personas de más de 80 años. Respecto a las franjas de edad, las personas entre 55 y 64 años viven fundamentalmente en hogares multigeneracionales, las personas de entre 65 y 79 en pareja, y las personas mayores de 80 en hogares unipersonales. El 5,5% de las personas mayores de 55 años declararon sentirse solas, es decir, 15.000 personas en Gipuzkoa.
El estudio concluye que las mujeres detectan una mayor prevalencia de soledad que los hombres, pero la soledad en edades avanzadas se observa de manera similar en mujeres y hombres. Además, se detalla que en las edades más avanzadas se produce con mayor frecuencia la confluencia de una serie de circunstancias que limitan o dificultan la gestión de la soledad, como las pérdidas de personas allegadas o las problemáticas de salud.
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