(EFE). Cada cuatro años y desde hace cien, el pueblo de Getaria representa el «desembarco» de Juan Sebastián Elcano tras culminar la primera vuelta al mundo. Este año, la rememoración de la hazaña de uno de sus hijos más ilustres ha tenido la emoción añadida del quinto centenario.
Un 6 de septiembre, como hace cinco siglos, Getaria se ha volcado en representar la llegada de la nao Victoria a Sanlúcar de Barrameda tras completar la primera vuelta al mundo tres años después de la partida de una expedición de 365 hombres, comandada por el portugués Fernando de Magallanes, cuya intención era abrir una ruta especiera española a través del Pacífico.
Si Magallanes se enfrentó a lo desconocido al cruzar el Pacífico para llegar a las Molucas, Elcano hizo otro tanto al regresar a España a través del Índico, para evitar la costa y así el encontronazo con los portugueses, a quienes pertenecían esos mares en virtud del Tratado de Tordesillas.
El marino guipuzcoano, hijo de una familia adinerada de nueve hermanos, que había partido como maestre de la nao Concepción, arribó al puerto gaditano con otros diecisiete integrantes de la expedición, entre ellos el italiano Antonio Pigafetta, cronista de esa primera circunnavegación que en su texto no dedicó ni una sola línea a Juan Sebastián Elcano.
Su figura se ha reivindicado hoy en la ciudad gaditana que lo recibió hace 500 años y en la localidad guipuzcoana en la que nació en 1486, donde el desembarco teatralizado ha homenajeado tanto a los supervivientes de la accidentada aventura como a las pueblos indígenas, representados por un personaje que también ha descendido de la Victoria, emulada en este caso por carabela portuguesa Vera Cruz, réplica de las construidas en el siglo XVI.
El Ayuntamiento de Getaria, que gobierna EH Bildu, emitió en 2021 una disculpa con hacia las poblaciones indígenas por las «vejaciones» padecidas.
Los vecinos de Getaria que se han metido en la piel de Elcano y su desarrapada tripulación han llegado a puerto minutos después de las cinco de la tarde y, con paso lento y renqueante, han caminado, ante las miradas de cientos de personas, hasta la iglesia del pueblo. De allí, el programa de la jornada preveía que acudieran hasta el monumento erigido en memoria del marino tras haber recibido a representantes de los cinco continentes, encarnados asimismo por gente del pueblo.
Otro de los personajes que se ha sumado al acto del «desembarco» ha sido el de Catalina del Puerto, la madre de Elcano, como tributo a las mujeres de este pueblo de pescadores, que se hacían cargo de todo en tierra cuando los hombres se hacían a la mar.
«Hay personas que estamos mirando la historia de otra forma, queremos escuchar, nos tienen que contar lo que vivieron hace muchos años, lo que han vivido estos 500 años y cómo ven el futuro de la humanidad, escuchar esas ideas, respetarlas y trazar el camino con ellos», ha dicho el alcalde de la localidad, Haritz Alberdi.
Fue el mensaje que transmitió a los jóvenes de una decena de países iberoamericanos que el pasado mes de julio realizaron un recorrido por España y Portugal como participantes en el programa La Vuelta al Mundo, un homenaje a Magallanes y Elcano que incluyó a Getaria entre los lugares a visitar.
Entre quienes han visitado Getaria este martes, se encontraban el lehendakari, Iñigo Urkullu, y los consejeros Arantxa Tapia, Bingen Zupiria y Javier Hurtado. Fue precisamente el Gobierno Vasco quien bautizó este 6 de septiembre de 2022 como Día de Elcano y lo declaró en Euskadi en sustitución del 25 de diciembre, Navidad, que caerá en domingo.
Así que el ambiente festivo en esta jornada veraniega se ha hecho notar para celebrar la hazaña del marino vasco y contar la historia de la primera vuelta al mundo «con palabras propias», alejadas de «los relatos habituales», para «dar valor a un mundo que tiene infinitos valores», en palabras del alcalde.
Sobre la expedición que costó la vida a Magallanes y a cuyo frente se puso Elcano hay certezas y también lagunas.
Entre las primeras, porque existen documentos que lo atestiguan, es que Carlos I no concedió al marino de Getaria todo lo que pidió por su gesta, pero sí una pensión vitalicia de 500 ducados anuales, además del escudo de armas en el que figura un pequeño globo terráqueo y el lema «Primus circumdedisti me» («Fuiste el primero que la vuelta me diste»).
El emperador también se encontraba hoy en Getaria, aunque la entrega del escudo, habitual de otros desembarcos, no se ha producido.
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