«En el Grupo de Estudios Incineración y Salud (GEIS) pensamos que nunca es tarde para clausurar una infraestructura (incineradora) que según los estudios que hemos expuesto va a afectar negativamente a la salud de la población gipuzkoana y que contrariamente a lo que nos dicen no va a hacer desaparecer los vertederos, ya que de hecho los necesita». Así se expresaron ayer los médicos Xabier Mitxelena y José Cruz Ruiz, que dieron una rueda de prensa para desvelar el resultado de nuevos estudios sobre los efectos de las incineradoras en la población.
Ambos profesionales se refirieron a un estudio publicado recientemente y realizado por científicos de diferentes universidades de EE.UU. «Destaca por su diseño, ya que es prospectivo, por el gran número de participantes, 112.000, y por el periodo de seguimiento, 24 años, características que aumentan la fiabilidad de sus resultados».
Según GEIS la conclusión del informe resulta cuanto menos inquietante: las dioxinas emitidas por las incineradoras se relacionan con un aumento de un 15% del riesgo de padecer cáncer de mama invasivo en la población que vive en un radio de 10 kilómetros alrededor de las mismas respecto a la que vive más allá de este radio. El riesgo aumenta un 25% en la población que vive en un radio de cinco kilómetros alrededor de las incineradoras.
«Desgraciadamente, no es el único estudio que nos indica el riesgo de estas plantas para la salud de la población. Otro estudio publicado hace unas semanas, esta vez en Italia, constata niveles significativamente más elevados de diversos metales pesados (bario, níquel, cobre, manganeso y vanadio) en las uñas de niños que viven en un radio de tres kilómetros alrededor de dos incineradoras con respecto a los niños que viven fuera de ese radio. Esto se traduce en un mayor riesgo de presentar patología respiratoria, neurológica y endocrinológica en las personas afectadas», destacaron ayer Mitxelena y Ruiz.
«Solicitamos a las máximas autoridades forales, al igual que lo hacen otras asociaciones médicas en todo el mundo, que abandonen el binomio formado por la incineración y sus correspondientes vertederos como forma de tratamiento de los residuos y adopten modelos de gestión de los mismos con el mínimo impacto en la salud humana«, manifestaron.
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