A principios de este año empezó a rodar por distintos puntos de la península una iniciativa llamada ‘Las Palmas de Gran Canaria Gastrotrip’ para divulgar el atractivo turístico, alojativo y gastronómico de la capital grancanaria, además de las conexiones aéreas directas que ofrece Binter con Donostia-San Sebastián y a otras ciudades.
DonostiTik ha tenido la oportunidad, junto a otros medios de la geografía peninsular, de conocer de la mano de la aerolínea y del Ayuntamiento de Las Palmas las maravillas que ofrece la isla al visitante, así como la vida de sus habitantes.
Importante: Las Palmas no se define como un destino turístico, sino como una ciudad con vida propia a la que merece la pena acercarse. Poco más de tres horas nos separan de ella volando desde Hondarribia.
Como puntos destacados se encuentran la gastronomía, con especial protagonismo del vino, y la historia de la ciudad, desconocida para muchos, pero que fue escala de viajeros que se dirigían a América (incluido Colón) y de grandes artistas como Enrico Caruso, que llegó a subirse al escenario del teatro actualmente llamado Pérez Galdós, uno de los personajes más ilustres de la ciudad.
El vino
La historia del vino de Gran Canaria viene de lejos. William Shakespeare ya hacía mención en Enrique IV donde lo describía como “un perfume para nuestra sangre”, y es que en aquel tiempo la isla producía y exportaba importantes cantidades de vino fortificado a Inglaterra, donde llegó a ser muy famoso aunque por motivos políticos y comerciales terminó siendo reemplazado por los de Oporto y Madeira.
Desde aquello han pasado ya casi cinco siglos y las cosas han cambiado bastante. Los vinos actuales son en su mayoría ligeros y frescos y gracias a una nueva generación de enólogos y productores está alcanzando niveles de calidad cada vez más altos.
El vino puede ser una de las grandes sorpresas al visitar Gran Canaria, al menos lo fue para mí, ya que no es muy frecuente verlo en otras latitudes. Al ser una producción pequeña en volumen no se encuentra con facilidad fuera de las islas.
Después de recorrer poco más de diez kilómetros hacia el sur de Las Palmas pasando por valles de tierra volcánica, palmeras y vides llegamos a Monte Lentiscal, una de las regiones históricas de la viticultura de Gran Canaria.
Nos recibe Tamara, que junto a su familia saca adelante la bodega Mondalón en un pequeño valle en el que han replantado viñas de variedades locales, algunas de las cuales estaban ya casi desaparecidas. Marc, nuestro guía en la isla, calificó este emprendimiento como un ejemplo de “viticultura heróica”, y no es para menos porque además de la lucha por el agua parte del viñedo se encuentra en una ladera con más de un 50% de inclinación. La bodega, con una plantación de cinco hectáreas, produce unos 16 mil litros entre blanco, rosado y tinto.
A casi 30ºC entre las filas de espalderas y bajo la única sombra, la de un olivo, un blanco fresco se disfruta como en ningún otro sitio.
Siguiendo ruta, no lejos de allí y acercándonos a la Caldera, llegamos al Bodegón Vandama, una bodega familiar con una tradición de 150 años que produce principalmente moscatel seco y un tinto ecológico que ha recibido elevadas puntuaciones en las guías especializadas. La experiencia se completa con un restaurante de cocina tradicional con carnes a la brasa, cherne y papas arrugadas, entre otros productos de la tierra.
Debido a la diversidad de microclimas presentes en la isla, que van desde la parte norte más húmeda al árido sur y con plantaciones que arrancan desde el nivel del mar hasta los 1.200 metros de altura, cada pago tiene características propias. Para recorrerlos existe una ruta del vino integrada por doce bodegas y otros negocios relacionados.
Dos opciones (de las muchas que hay) para acercarnos al vino canario sin salir de Las Palmas: hemos visitado Vinófilos, una vinoteca con restaurante en el barrio de Triana en la que encontramos una enorme variedad de caldos tanto locales como foráneos. Y por lo singular vale la pena Canary Wine, una pequeña vinoteca que vende exclusivamente vino de las islas y que está dentro del imperdible mercado central, en el barrio de Vegueta. Es una experiencia beberse una copa allí mismo mirando a la gente pasar con frutas, carnes y pescados, a los repartidores entrando y saliendo con mercancías y todo el «ruido» de un mercado con mucha vida.
Gastronomía
La diversidad cultural que notamos sólo con dar una vuelta por las calles de Las Palmas se traslada también a las mesas, donde encontramos con sorpresa mucho más que las conocidas papas con mojo.
Un ejemplo de la fusión de culturas se ve en La Butaca de Betty donde su propietaria y cocinera (Betty) ofrece platos inspirados en su país natal, Filipinas, desde el que llegó a la isla hace más de 30 años.
Y tan fusionadas están las cosas que entre lo más destacado del lugar hay un «carpashimi» (espero haberlo escrito bien), simbiosis de carpaccio y sashimi, de atún rojo. Entre otras curiosidades: flor de calabacín rellena o un plato de trigo caldoso con bacalao. Y más de la tierra el cochino negro canario.
Para algo más tradicional visitamos El Arrosar, donde no hace falta decir cuál es la especialidad, pero sí que hay mucha variedad y que se puede combinar con otros productos canarios, como tablas de quesos locales o papas arrugadas con mojo.
El mercado
Papayas, pitahayas, paraguayos, higos, aguacates, chirimoyas, mangos y mangas (sí, sí, existen las mangas) entre una incontable variedad de frutas entre las que por supuesto está el plátano. Esto es lo que se encuentra en el mercado de Vegueta, un paraíso para los frutívoros.
José, un frutero del mercado, nos ha ofrecido una degustación de plátanos en la que he descubierto que no sólo existe el «plátano normal» sino toda una variedad, unos rojos, otros que se pueden comer con piel e incluso unos que se cortan en un extremo y se presiona para extraer la pulpa.
Entre los pescados que llaman la atención están el cherne, sama y vieja, variedades típicas de la isla.
Además de Donostitik.com los expedicionarios hemos sido Joti Díaz del Diario Vasco; Carlos Bengoa de DonostiCity; Aitor Buendia de la Ruta Slow de Radio Euskadi, Chelo Tuya de El Comercio de Asturias, María José García de Economía de Mallorca, Patricia Merello de La Voz del Sur, y Salva Moreno de La Voz Digital de Cádiz.
En el próximo reportaje veremos más sobre la ciudad y la historia de Las Palmas de Gran Canaria.