François Ozon vuelve a la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, cuya Concha de Oro ganó hace ocho años por ‘En la casa’. El director parisino no ha podido acudir a Donostia por la pandemia (las ausencias comenzaron con Woody Allen y van a ser una constante estos días), pero ha estado presente en la rueda de prensa por medio de una vídeo llamada. Desde su casa ha narrado que la película es fiel a una novela de Aidan Chambers que leyó en la adolescencia, le marcó, y que ha recuperado 30 años después. «Ahora tengo más de 50 años, mi adolescencia está más lejos y siento más ternura. Si la hubiera hecho antes, la película sería más violenta», ha dicho el director.
‘Été 85 (Verano del 85)’ narra una relación homosexual. Una relación sin culpas ni dramas. «El libro no llevaba la homosexualidad al terreno del problema. Es sólo una historia de amor donde se ven distintas concepciones del mismo. De forma natural y sencilla», ha expresado Ozon.
Hay una buena química entre los dos actores (Benjamin Voisin, que ha acudido a Donostia) y Félix Lefebvre, que al igual que Ozon se ha conectado a la rueda de prensa por vídeo llamada.
Ambos se conocieron, tenían ganas de trabajar juntos y han hablado mucho durante el rodaje. Y se nota.
Sus personajes tienen concepciones distintas del amor, tal y como ha recordado Ozon, pero también de la muerte. Y en ambos casos tienen peso las familias: una proletaria, la otra de la burguesía. Y son importantes los papeles de las madres.
Aunque la película narra una historia atemporal, pesa mucho que se trata del verano del 85 en el vestuario y sobre todo en la música. Hecho que no ha pasado inadvertido para el público, que ha recibido con cariño la película. Suena The Cure, por ejemplo, para delicia de los presentes, y cuestionado sobre la banda sonora Ozon ha recordado que en el pasado tuvo su época gótica y que ha disfrutado recordando buena música.
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