Extraño ambiente el de hoy para ser una víspera de San Sebastián. Extraño ambiente pese a los escaparates de los comercios y a los balcones, muchos de ellos vestidos de txuri urdin para la ocasión. Extraños estos últimos días, también, sin el estruendo de los tambores en los últimos ensayos.
La de 2021 será la decimosexta vez que se cancela la tamborrada. En esta ocasión es una pandemia sanitaria, pero antes fueron las guerras carlistas, las inclemencias meteorológicas, la muerte de Sarriegui, la Primera Guerra Mundial o la Guerra Civil. La última suspensión fue en 1969 por un estado de excepción durante el franquismo. Pero saber que hay precedentes no consuela a los donostiarras, sumidos en los desastres del Covid-19 del que apenas se hablaba hace tan solo un año.
Las 10.000 banderas que regalaba el Ayuntamiento para que el día no pase sin pena ni gloria ‘volaron’. También las de las tiendas. Y los globos txuri urdin. Y los tambores que los niños sí han hecho sonar esta víspera de Donostia en los colegios.
La fiesta se trasladará a las casas y lo cierto es que las colas de este mediodía en las marisquerías del Centro demuestran que sí habrá fiesta. Aunque sea en la intimidad del hogar y a resguardo de virus.
Ya está lista la grabación que el Ayuntamiento organizó en el Teatro Victoria Eugenia, y que podrá seguirse a través de la página web municipal www.donostia.eus y de la ETB. Hoy a partir de las 23.30 horas comenzará la conexión, y mañana a las 12 horas la tamborrada infantil y a las 00 la arriada. Es una forma de que los corazones donostiarras latan juntos.
En este ambiente se decidió no conceder el Tambor de Oro, el galardón que la ciudad entrega cada 20 de enero y que el año pasado recogieron las chicas de la Real Sociedad, aunque lo que no faltará es la bandera de San Sebastián en el balcón de la Plaza de La Constitución, donde ondeará durante 24 horas, como manda la tradición, tras ser izada por el alcalde.
Según se explicó ayer la enseña de la ciudad será regalada este año al Hospital Donostia como muestra de «agradecimiento» y «homenaje» a todo el personal sanitario que durante los últimos diez meses «ha luchado en primera línea» contra el virus.
Porque el virus, en fin, se ha colado en las familias y en los trabajos, en el ocio y también en la fiesta. Pese a todo… ¡gora Donostia!
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