La Sociedad de Estudios Vascos – Eusko Ikaskuntza ha recibido de manos del alcalde Eneko Goia la Medalla de Oro de Donostia/San Sebastián. Goia ha entregado la medalla a Iñaki Dorronsoro, presidente de Eusko Ikaskuntza, en un acto celebrado esta tarde en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. En el acto han participado el alcalde de Donostia / San Sebastián, Eneko Goia, la corporación municipal, integrantes de Eusko Ikaskuntza y representantes en entidades que recibieron este galardón, el máximo en el escalafón de la ciudad.
Dorronsoro ha agradecido el galardón y ha firmado en nombre de la sociedad en el libro de honor de la ciudad.
Goia ha subrayado el trabajo realizado por Eusko Ikaskuntza durante estos 100 años: «Ha realizado un impresionante trabajo durante todo el siglo para acercar la cultura universal a Euskal Herria. Ha hecho, además, una aportación muy importante a la cultura vasca y ha establecido las bases para comprender la actual Euskal Herria durante todos estos años».
Del mismo modo Goia ha destacado que «Eusko Ikaskuntza ha tenido a muchos donostiarras, así como a la propia ciudad, como compañeros de viaje. De hecho, Donostia ha sido socia de Eusko Ikaskuntza desde el principio, ha organizado y apoyado muchas de las acciones realizadas por Eusko Ikaskuntza en la ciudad. La concesión de la medalla de oro es una forma de reconocer, apreciar y agradecer el trabajo realizado para el desarrollo de la cultura vasca durante un siglo».
La decisión de otorgar este galardón se da coincidiendo con el centenario de la creación de la Sociedad de Estudios Vascos – Eusko Ikaskuntza, que surgió oficialmente el 22 de diciembre de 1918 en Donostia / San Sebastián, por iniciativa de las diputaciones de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, con el fin de difundir e investigar la cultura vasca y de buscar soluciones a diversos problemas de la sociedad vasca.
A petición de Navarra, se decidió que «la sede estuviera en Donostia por ser la más céntrica entre las capitales vascas y la que mejores comunicaciones tiene». Así surgió esta entidad que supuso el inicio de la modernidad en al cultura vasca, y que sigue desarrollando su actividad en el Palacio Miramar 100 años más tarde.
Entre los numerosos méritos que tiene la Sociedad de Estudios Vascos – Eusko Ikaskuntza, están las reuniones y trámites previos necesarios para crear la Academia del Euskera Euskaltzaindia. Miguel de Muñoa y Elbira Zipitria, pioneros en la fundación de ikastolas, fueron socios de la entidad. Asimismo estableció una Biblioteca Vasca en su sede de la Diputación, desde donde fijó dos líneas de trabajo principales: la Universidad Vasca y la autonomía política. De este modo impulsó Cursos de Verano de nivel universitario en 1927 en San Sebastián, y en 1932 sentó los primeros cimientos de lo que luego sería la Universidad del País Vasco, creando el centro de Estudios Científicos de San Sebastián.
Además, la Sociedad de Estudios Vascos – Eusko Ikaskuntza promovió, entre otras muchas cosas, el teatro en euskera, y realizó un gran esfuerzo para promover la presencia de la mujer en el ámbito cultural y científico.
Tras ver interrumpida y prohibida su labor y actividad durante la Guerra Civil y la Dictadura franquista, en 1978 reafirmó su compromiso por seguir trabajando, así como por convertir a su sede de San Sebastián en un centro de investigaciones y estudios vascos.
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