Entre 200 y 300 personas duermen en la calle en Donostia según la Red de Acogida Ciudadana de Donostia y la Asociación Modahara, que piden soluciones para estas personas a la vez que denuncian «el acoso sistemático» que padecen quienes ocupaban el edificio de Moraza 1 y fueron desalojados recientemente. «La Ertzaintza les ve y les despierta, les pide papeles y le saca fotos. Eso en cualquier momento».
El grupo de personas que vive en la calle es muy heterogéneo. Los hay con papeles, sin papeles, sobre alguno pesa una orden de expulsión… «y varios tienen los 18 años recién cumplidos», añadió una miembro de la asociación Modahara, que incidía en la situación de estos jóvenes. «Repentinamente se encuentran en la calle y no saben manejarse en absoluto».
También se refirió esta cooperante al caso de «quienes duermen en la calle, se levantan y van a dos cursos de Lanbide, uno por la mañana y otro por la tarde. Andan así. Y esa vida es insostenible».
No son recién llegados. En algunos casos, según la red, llevan seis años en una situación muy complicada.
Respecto al centro municipal de acogida denuncian que sólo se puede acudir tres noches seguidas. «Cualquier persona que acuda al Centro de Acogida tendrá, en principio, derecho a una estancia normal cuya duración máxima será de tres días. Entre la salida de una estancia normal y la entrada de otra tendrán que transcurrir, al menos, tres meses», afirma la web municipal.
Con los miembros de al Red de Acogida Ciudadana y de Modahara estaban esta mañana en Ijentea algunos chicos cuyo futuro es incierto. Es el caso de Jaoiat. Un joven marroquí con permiso de residencia que lleva ocho meses en Donostia y duerme desde haces cuatro meses en el albergue de Cáritas en Intxaurrondo. Por las mañanas sale y regresa de noche.
Tiene aquí a su primo y por eso llegó a San Sebastián. «Vine aquí a cambiar de vida», dice con convicción. Y aspira a encontrar un trabajo.
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