El Ayuntamiento de Donostia y el Puerto de Pasaia han formalizado la firma del acuerdo de cesión del Faro de la Isla Santa Clara, que pasa así a ser gestionado por el Consistorio con el objetivo de que albergue la obra de la escultora Cristina Iglesias. El alcalde, Eneko Goia, acompañado por el presidente del Puerto de Pasaia, Félix Garciandía, ha calificado esta iniciativa de «proyecto de ciudad», alejado del afán turístico que algunos le achacan. «Yo no concibo Donostia sin el Peine del Viento y para mis hijos el Faro también formará parte del imaginario de la ciudad. Una ciudad que cree en la cultura y que tiene artistas internacionales», ha recalcado, añadiendo que se equivoca quien considera que todo proyecto tiene afán turístico.
El acuerdo firmado hoy contempla la concesión del Faro al Ayuntamiento por un plazo de 30 años con opción a 5 años prorrogables, si bien la parcela y el edificio del faro seguirán siendo de dominio público adscrito al Puerto de Pasaia.
Félix Garciandía ha expresado que “esta es la primera actuación de puesta en valor de los faros de Gipuzkoa y esperamos ir dando pasos en esta línea con el resto de faros del territorio y con propuestas de usos complementarios».
A partir del 16 de septiembre, una vez concluida la temporada de playas, comenzarán las primeras labores que tendrán una duración aproximada de tres meses.
Las dos últimas semanas de septiembre se realizarán las tareas de preparación de los trabajos, mientras que el vaciado comenzará en octubre. Durante este periodo, el acceso a la isla estará restringido, si bien la parte inferior (muelle y playa) permanecerán accesibles. El alcalde ha insistido en que la obra no afectará a la Isla Santa Clara.
En el Ayuntamiento prevén que la obra culmine pasado el verano de 2020.
A modo de anécdota ha recordado Goia que en 2015 Ricardo Peña, que estaba entonces al frente de la Autoridad Portuaria, ofreció a los consistorios la cesión de los faros correspondientes y también ocurrió con el de Santa Clara. «Pero aquí no había un proyecto». Un año después a la escultora donostiarra Cristina Iglesias se le ocurrió concretar una idea que la acompañaba hacía tiempo: hacer una instalación en el faro de Santa Clara.
La escultura tendrá una pequeña réplica en el Aquarium, entidad que probablemente gestionará las visitas cuando éstas comiencen y que según Goia deberían ser gratuitas. No así el traslado a la isla.
Deja un comentario