(EFE). El alcalde de San Sebastián, Eneko Goia (PNV), ha anunciado este viernes que en los próximos dos años se iniciará la construcción de 1.700 nuevas viviendas en la capital guipuzcoana, entre libres y protegidas. Precisamente el impulso a la creación de nueva vivienda ha sido uno de los aspectos que ha destacado Goia en el discurso pronunciado en el pleno extraordinario de Política General celebrado este viernes en el Ayuntamiento donostiarra.
El primer edil, que ha destacado que el Gobierno municipal que comparte con el PSE-EE «goza de muy buena salud», ha citado también, como principales objetivos de la ciudad para la segunda mitad de su legislatura, los proyectos de mejora urbana y la concreción de un «nuevo paradigma de movilidad».
Respecto a la creación de nuevas viviendas, Goia se ha referido a futuros desarrollos en El Infierno, Illarra, Ciudad Jardín, Añorga y otras promociones de menor tamaño.
Goia ha aludido a las consecuencias de la covid-19 en la ciudad y ha cifrado en 26 millones de euros los fondos destinados por el Ayuntamiento y sus sociedades municipales a hacer frente a la pandemia. «El Ayuntamiento ha dado respuestas extraordinarias a una situación extraordinaria», ha recalcado.
Ha citado también los dos planes de reactivación económica puestos en marcha con una suma de 23 millones de euros (12 millones en 2020 y 11 en 2021), que incluyen ayudas directas y exenciones de tasas e impuestos.
El alcalde ha propuesto además a los grupos políticos que acuerden un lugar en San Sebastián para «honrar la memoria de los fallecidos durante la pandemia» de la covid-19.
Ha remarcado asimismo el esfuerzo realizado en políticas de acción social, que han contado este año con el «mayor presupuesto de la historia».
El número de familias que han requerido Ayudas de Emergencia Social se ha reducido en un 13 % respecto al año anterior, pese a lo cual el montante destinado a las ayudas, según ha recalcado, se ha mantenido.
La «cohesión social» es uno de los principios que guían la actuación del gobierno donostiarra, ha subrayado, tras lo que ha citado las inversiones ejecutadas en «barrios y zonas desfavorecidos» como Altza, Martutene, Loioa y Añorga, entre otros.
Goia ha hecho una mención al décimo aniversario del fin de la violencia de ETA: «hoy todos estamos mucho mejor, especialmente porque ninguno se siente amenazado ni perseguido. Hoy somos más libres».
Por su parte, la concejala del PSE Marisol Garmendia ha destacado los síntomas de recuperación que «se evidencian en la ciudad a todos los niveles», después de un 2020 en el que el PIB cayó más de un 6 % y el paro afectó a 9.000 donostiarras.
La mejora de los indicadores se ha debido en parte, ha considerado, a la llegada de visitantes a una ciudad que «necesita la riqueza que trae el turismo sostenible» y que ha ayudado a hosteleros y comerciantes a superar la crisis de la covid-19.
Garmendia ha reconocido a Elkarrekin Donostia y al PP su voluntad de consenso respecto a las cuentas locales, ya que «tener un presupuesto aprobado en tiempos de pandemia con el acuerdo de la mayoría de grupos municipales, y poder abordar más de 80 actuaciones de transformación y mejora en los barrios, es motivo de orgullo y esperanza».
El principal partido de la oposición, EH Bildu, ha reprochado a Goia que esté construyendo una ciudad de «cartón piedra», una suerte de «Marina D’Or» que cada vez sufre mayor turistificación y que, a su juicio, no pone límite a la implantación de hoteles en la ciudad.
La portavoz abertzale, Reyes Carrere, ha lamentado que la gente joven «y no tan joven» ya no pueda vivir en Donostia debido al precio de los pisos, que no ha dejado de subir ni siquiera durante la pandemia.
«Asistimos a un fenómeno de expulsión de donostiarras, porque no pueden adquirir una vivienda a 5.500 euros el metro cuadrado, ni pagar un alquiler de 1.200 euros al mes», ha lamentado Karrere, quien ha criticado asimismo el proyecto de instalar un parque de olas artificiales en Antondegi y el gasto de 5 millones «en una escultura en la isla de Santa Clara», la obra «Hondalea» de Cristina Iglesias.
Por su parte, la portavoz de Elkarrekin Donostia, Aitzole Araneta, ha pedido al ejecutivo que abandone la complacencia y no siga con el «piloto automático», pues el modelo de ciudad que, en su opinión, impulsan PNV y PSE «vacía los barrios y expulsa a los donostiarras de la ciudad». «Los jóvenes que crecieron en El Antiguo o Gros ahora son donostiarras en Lasarte, Hernani o Pasaia«, ha denunciado.
Tras señalar que el principal problema de San Sebastián es la vivienda, Araneta ha abogado por acabar con el «número altísimo de vivienda vacías y propiciar que salgan al mercado de alquiler», además de dejar de convertir «edificios enteros en hoteles y apartamentos turísticos».
Araneta ha criticado que el Ayuntamiento «no apuesta lo suficiente por los barrios» y ha opinado que debe adoptar políticas más decididas en favor de la igualdad y los cuidados, para paliar la feminización de la pobreza.
Desde el PP, Borja Corominas ha censurado el estado de descuido en el que a su juicio se encuentra la ciudad, ha citado las plagas de ratas y los desperfectos en el mobiliario urbano, y ha invitado al alcalde a salir a la calle «y mirar con ojos de quien critica al gobierno».
Ha subrayado además que San Sebastián tiene las tasas e impuestos municipales más altos de España en su conjunto, a pesar de que el IBI, en concreto, no se sitúe entre los más costosos.
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