Elkarrekin Donostia propone la creación de una comisión no permanente, estable, para los dos años que sucedan a la aparición del coronavirus y hacer frente a la crisis desde el Ayuntamiento donostiarra con medidas acordadas con el tejido social. «Que funcione de forma fluida y con reuniones que podrían ser quincenales», añadió la concejala del grupo municipal Haizea Garay. En este mismo contexto Elkarrekin Donostia ha pedido la comparecencia de todos los concejales delegados para ver cómo se encara la crisis desde sus áreas.
El cambio de ritmo provocado en la política municipal a causa del coronavirus no han contribuido a mejorar el diálogo entre el equipo de gobierno municipal y la oposición, por lo menos en lo que se refiere a las tres concejales de Elkarrekin Donostia. «Por privado enviamos solicitudes de información y sugerencias», comentó Garay, «pero no obtenemos respuestas claras».
De ahí esta propuesta de crear una comisión post-coronavirus para gestionar la crisis y de ahí, también, las declaraciones del domingo de la portavoz Aitzole Araneta referidas a que “la suspensión del proceso de presupuestos participativos ha sido una decisión unilateral que no ha sido consensuada con los demás grupos municipales» y de la que se han enterado por los medios.
Cuestiones pendientes: el SAD y las residencias
Aún hay mucho que gestionar de la crisis sanitaria, antes de cambiar de escenario, y Elkarrekin Donostia ha anunciado que en las comisiones de la semana que viene sacará a colación, entre otros temas, mociones ordinarias referidas a dos asuntos ‘clave’ «que requieren una revisión profunda por lo que se ha puesto de manifiesto en las últimas semanas»: el Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) y las residencias con concreción en la de Altza, Berra (por estar en suelo municipal aunque la responsabilidad final sea de la Diputación).
«En esta crisis se ha puesto muy de manifiesto el problema que tenemos sobre la mesa referido a la salud en el trabajo«, comentó Garay.
Para Elkarrekin Donostia ha quedado en evidencia «la carencia» por parte de las instituciones de «un control directo y una información permanente» respecto a ambos servicios que achacan al sistema de subcontratación de las gestiones. Más allá de la necesidad perentoria que reiteran de que el material de protección llegue a todos los casos.
«Estas semanas había que arrimar el hombro y apoyar al equipo de gobierno para salir adelante. Pero esto se nos ha ido de las manos y hemos llegado tarde en ambos casos. No hay una relación directa ni una supervisión cuando de servicios subcontratados se trata», ilustró Garay, recordando que las cifras referidas a Berra de trabajadoras y usuarios infectados ya eran tremendas cuando el problema salió a la luz.
En este contexto de necesidad de un mayor control Elkarrekin Donostia pide al equipo de gobierno municipal que el material de protección proporcionado por Eudel y que se destina al SAD no sea entregado al gestor, sino directamente a las empleadas. «Porque después no hay un seguimiento, pero sí te enteras de que ha habido conflictos. Debe haber un mecanismo en ese sentido», opina Garay, para quien el Consistorio debería aprovechar esta oportunidad surgida de la crisis para revisar el control sobre servicios tan sensibles.
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