El portavoz de Elkarrekin Donostia en el Ayuntamiento, Víctor Lasa, ha denunciado este miércoles que la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) presentada por el Gobierno municipal «mantiene la puerta abierta a la apertura de nuevos hoteles en la ciudad de manera indefinida al incluir una serie de excepciones a la limitación de hospedajes que permitirán otorgar nuevas licencias».
«La modificación del PGOU que plantea el Gobierno municipal evidencia -censura Lasa- que la moratoria actual a la construcción de nuevos hoteles ha sido una pausa para poder afrontar las elecciones de mayo con menos presión por la frustración generalizada entre la ciudadanía donostiarra por la desmesurada proliferación de hoteles”.
A pesar de las limitaciones que contiene, Lasa critica que excepciones como la inclusión de conventos y
villas protegidas con la excusa de darles un uso hotelero en caso de que queden en desuso “son una puerta de
atrás por la que seguirán llegando nuevas licencias de hotel”. “La pregunta sobre si se abrirán más
hospedajes en Donostia en el futuro más cercano ya ha quedado contestada con la propuesta del Gobierno de
PNV y PSE: sí, de manera indefinida”, expone con rotundidad.
Lasa denuncia que en apenas diez años Donostia ha aumentado la capacidad hotelera un 65% y este crecimiento es insostenible porque, entre otros efectos, está alterando la identidad de la ciudad.
“A todos se nos ocurren ejemplos de conventos y villas sobre los que ya se ciernen intereses de promotores para convertirlos en hotel cuanto antes”, ha añadido Lasa. Y se pregunta por qué no se apuesta por transformar estos recintos en casas de cultura, ambulatorios, bibliotecas, salas de concierto, oficinas para emprendedores/as, incubadoras para start-ups, residencias de estudiantes, espacios para juegos infantiles o cualquier otra actividad abierta a la ciudadanía.
“No han hecho nada para mitigar el impacto del brutal crecimiento de visitantes en los últimos años y tampoco piensan hacer nada significativo en el futuro. Y esto es preocupante porque mantiene un rumbo de degradación de la identidad y vida local en Donostia, que será cada vez más difícil de reconocer para sus residentes”, advierte.
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