Elkarrekin Donostia denuncia que desde el Departamento de Urbanismo de Donostia se ha frenado el proyecto de recuperación medioambiental de Lourdes Txiki, que contaba con el visto bueno de los colectivos ecologistas y diversos agentes de la ciudad que participan en el Consejo Sectorial de Medio Ambiente. «Paralización que ejemplifica las políticas contrarias al respeto por el entorno y el medio ambiente que se están llevando a cabo en los últimos años».
Haizea Garay, concejala del grupo municipal Elkarrekin Donostia (compuesto por Podemos, Ezker Anitza-IU y Equo-Berdeak), recordó que después de desestimarse un primer proyecto no adecuado para la repoblación del terreno, en febrero de este año se presentó desde el Departamento de Ecología del Ayuntamiento a los miembros del Consejo Sectorial de Medio Ambiente de la ciudad un segundo proyecto de recuperación que contempla la extracción de especies invasoras y la repoblación de la zona con especies autóctonas. Este segundo proyecto fue validado por los colectivos ecologistas presentes, los cuales pidieron su pronta ejecución.
Sin embargo, continúa Garay, “ahora la concejala de Urbanismo afirmó en comisión que no iba a solicitar la restauración a la parte propietaria, cuando el mismo concejal de Ecología había dicho ante los medios de comunicación en noviembre que la actuación definitiva de repoblación tendría que pagarla el propietario del terreno”.
Para Elkarrekin Donostia «la dirección que está llevando el gobierno municipal en materia de ecología y recuperación medioambiental es todo un despropósito. En Lourdes Txiki las especies invasoras están ocupando el terreno. A medida que pasa el tiempo su arraigo a la tierra es mayor, lo que sin duda repercutirá en un mayor esfuerzo a la hora de su extracción y, por tanto, también en el coste económico del proyecto de recuperación”.
La retirada de árboles llevada a cabo en su día se ejecutó con el fin de garantizar la seguridad del colegio Ekintza, desde el cual se temía de la caída de árboles en el patio. Si bien la tala fue mucho mayor de lo requerido en la orden de ejecución de retirada. “La tala devastó más de dos hectáreas de bosque mixto -compuesto principalmente de robles y castaños- que estaba protegido, e igualmente ocasionó graves daños medioambientales como la erosión del suelo del entorno con la apertura de pistas. La intervención de la Diputación, que paralizó las obras, evitó que los daños fuesen aún mayores”, recuerda la edil.
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