«Vivir un cáncer es algo muy complejo: citas médicas, pruebas, incertidumbre… Los pacientes nos dicen que en medio de este tsunami el yoga les aporta bienestar». Raquel Rodríguez es profesora de yoga oncológico, una disciplina que ya está presente en hospitales públicos de Madrid y Barcelona y empieza a hacerse un hueco en el Hospital de Cruces de Bilbao. En Donostia son cada vez más los pacientes oncológicos que se animan a probar de la mano de Contra el Cáncer en Gipuzkoa, en la sede de Riberas de Loiola, y de forma privada en Parashakti Yoga Eskola de San Sebastián y Tolosa.
Fue una experiencia personal lo que llevó a Raquel Rodríguez a darle la vuelta a su vida. Aficionada al yoga tradicional decidió formarse en yoga oncológico con Adriana Jarrín, «referente a nivel estatal», y entró en un mundo que además de un modo de vida le aporta «la satisfacción» de ver que los pacientes con cáncer descubren que hay un margen real de mejora en su día a día.
«Formo parte de la Red Internacional de Yoga Oncológico, integrada por profesionales que nos formamos y compartimos esta metodología con base científica», explicó Rodríguez para DonostiTik.
En la asociación Gipuzkoa contra el Cáncer tienen previsto programar nuevos cursos a partir de febrero, mientras en Parashakti de Donostia comenzarán el martes con un grupo (queda alguna plaza libre) y en Tolosa harán lo propio cuando tengan un determinado número de interesados. En todo caso Raquel Rodríguez propone llamarla (658721665) y adecuar las sesiones a los pacientes en la medida de lo posible.
También da clases particulares, si bien la experta considera que el hecho de participar en las sesiones colectivas tiene más beneficios. «Se generan relaciones muy interesantes, se practica con otras personas en parecida situación y eso genera un vínculo, una red de apoyo».
Hay descanso
Los enfermos aseguran que los beneficios del yoga oncológico son evidentes y la lista es larga. «En las sesiones trabajamos mucho las respiraciones, hacemos estiramientos, cuidamos las posturas». Y eso se traslada a una vida donde palabras como bienestar o descanso ganan espacio: «ayudamos a mejorar la calidad del sueño, a gestionar las emociones y reducir el estrés», explicó la experta.
Raquel Rodríguez también contó para DonostiTik (qué importante es ayudar a dormir mejor, por cierto) que el yoga oncológico contribuye positivamente a la autoestima del paciente cuando atraviesa una situación tan difícil. «En las sesiones acompañamos e invitamos a que cada persona encuentre su lugar en la práctica y la adapte a su situación. Es una manera de fortalecer a las personas cuando el paciente está en medio de esa vorágine. Y además del bienestar que aporta la práctica, eso también se nota».
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