(EFE). La 82 Quincena Musical encara su recta final con un concierto cargado de romanticismo y esperanza de la mano de la Orquesta Nacional de España (ONE), dirigida por el alemán David Afkham, y el violinista griego Leonidas Kavakos, que interpretarán hoy obras de Tchaikovsky y Schumann.
El auditorio del Kursaal acogerá este recital de gran formato, que ha sido presentado hoy por sus protagonistas, cuando faltan sólo tres días para que el festival clásico donostiarra ponga el broche final a su edición de 2021.
El Concierto para violín en re mayor de Piotr Ilich Tchaikovsky, una extensa pieza de más de 40 minutos en la que el primer movimiento ya dura 20 pero de melodías «muy populares y reconocibles», y la «enérgica y vital» Sinfonía número 1, denominada «La primavera», de Robert Schumann, componen el programa de esta noche, que el director de la Quincena, Patrick Alfaya, ha definido también como «muy romántico».
El director titular y artístico de la ONE, el «joven» Afkham, ha corroborado la definición hecha por Alfaya al considerar que se trata de un programa eminentemente romántico aunque con «claras diferencias» entre un compositor y otro.
En el caso la obra de Schumann, que fue la primera orquestal que escribió, en 1841, ha dicho que la ha elegido porque está «cargada de esperanza» y pretende «hacer disfrutar al público» y transmitirle ese sentimiento en estos tiempos de pandemia.
El violinista Leonidas Kavakos ha comentado por su parte que el concierto de Tchaikovsky que interpretará junto a una Orquesta Nacional de España «en gran forma» también busca el disfrute de los espectadores puesto que rebosa «pasión y melodías pegadizas».
Su «relación» con esta obra ha sido algo «extraña», ha reconocido el prestigioso intérprete griego, porque ha ido y vuelto sobre esta pieza «varias veces», cada vez con «diferentes lecturas», de manera que sus «aproximaciones» a ella reflejan su propia «evolución como artista».
Kavakos, ganador de varios de los premios internacionales más reputados de la especialidad, entre ellos un Sibelius, y autor de la primera grabación hecha de la versión original del Concierto para violín del genial compositor finlandés, ha lamentado tener que tocar esta noche en San Sebastián con el rostro medio oculto por una mascarilla.
«Es triste para mí» interpretar una pieza «tan apasionada» como ésta con mascarilla, «me resulta muy difícil», ha lamentado el violinista, a pesar de lo cual se ha mostrado satisfecho por poder «reconectar con el público» y que «la música clásica vuelva a ponerse en marcha».
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