(EFE). El violador en serie de Gipuzkoa ha sido condenado a penas que suman 18 años de cárcel por dos agresiones sexuales y una violación cometidas en Andoain y en Tolosa en 2012, y Anoeta en 2013, estas dos últimas con la agravante de aprovechamiento de las circunstancias de tiempo y lugar.
Además de cumplir estas penas de cárcel, el procesado no podrá comunicarse con sus víctimas ni aproximarse a ellas entre cinco y trece años, según los casos, y deberá permanecer también en situación de libertad vigilada entre cuatro y nueve años respecto a cada una de ellas.
Asimismo, deberá compensar económicamente con 12.000 euros a la chica que fue agredida en Andoain, con 14.000 a la mujer a la que agredió en Tolosa, y con 35.000 a la que violó en Anoeta.
En una sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, aplica ya a este caso la nueva Ley del «sólo sí es sí» dado que se trata de un procedimiento judicial que estaba vivo al entrar en vigor la nueva normativa y resultar «inexcusable la aplicación de la norma penal más favorable» al reo.
El acusado, de nacionalidad rumana, ya ha sido condenado a doce años por una violación cometida en un piso de Beasain en 2019, un asunto que permitió su arresto por la Ertzaintza y desvelar su vinculación con otras agresiones similares ocurridas en los últimos años en Gipuzkoa.
Asimismo, también tiene una segunda condena a nueve años de cárcel por una violación cometida en Lasarte-Oria contra una chica a la que anestesió con cloroformo la madrugada del 1 de enero de 2015.
Según han informado a EFE fuentes del caso, en ambos asuntos, el violador en serie ha solicitado ante el Tribunal Supremo (TS) una rebaja de condena en aplicación de la denominada Ley del «sólo sí es sí», con la oposición de la acusación particular que ejerce la letrada Cristina Ramos, de la Asociación Clara Campoamor.
Los casos
La nueva sentencia emitida ahora por la Audiencia de Gipuzkoa detalla cronológicamente los casos ocurridos en las localidades de Andoain, Tolosa y Anoeta. En la primera de ellas, el hombre abordó a una chica sobre las 5.00 horas del 12 de agosto de 2012, le arrojó a la cara «spray pimienta», la tiró al suelo y se colocó sobre ella «con ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos».
Como la víctima «comenzó a gritar», el inculpado sacó un esparadrapo del bolsillo aunque no llegó a utilizarlo debido a la «actitud apaciguadora» de la víctima, a la que sometió a distintos tocamientos de índole sexual, momento en el que la mujer le dijo que «tenía sida y que usara preservativo», una situación ante la que el hombre finalmente optó por «masturbarse».
Un mes después, sobre las 7.00 horas del 23 de septiembre, el acusado abordó en una zona «muy oscura sin iluminación» a una segunda chica que caminaba sola por una carretera de Tolosa, a la que propinó un puñetazo en la mandíbula, «le tapó la boca con la mano», se situó sobre ella y, mientras la mujer se resistía, le tocó «su zona genital».
El último de estos tres casos, ocurrió sobre las 5.00 horas del 22 de septiembre de 2013, cuando el varón aprovechó una situación similar a la anterior para asaltar en Anoeta a otra chica a la que colocó en la boca «un pañuelo humedecido» que desprendía «un fuerte olor» hasta que, a pesar de la fuerte oposición de ella, «perdió la consciencia» y la violó.
Además de estos cinco casos ya juzgados, el acusado está pendiente aún de un último procedimiento en su contra que permanece en fase de instrucción y que aún no ha sido calificado por las partes.
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