«La mancomunidad de Debagoiena sí que esta dispuesta a recibir los residuos industriales no peligrosos de las empresas», explicó Eider Mendoza, la portavoz foral de Gipuzkoa, esta mañana, tras reunirse el consejo de Gobierno. Tras el desastre vivido con el vertedero de Zaldibar las empresas se encuentran en una situación critica, pues siguen produciendo pero necesitan una alternativa de urgencia.
El vertedero de Epele, que no recibe más residuos desde 2018, tiene 350.000 metros cúbicos libres para poder hacer frente a los residuos no peligrosos. Cumple con los permisos y todavía mantienen la autorización medioambiental a la que habría que hacerle ciertas modificaciones. El turno ahora lo tiene la mancomunidad, que decidirá si esos residuos no peligrosos se almacenarán en el vertedero de Epele o si por el contrario tras lo ocurrido en Zaldibar y el cierre de Mutiloa, estos residuos se destinen a la incineradora como propuso la semana pasada el diputado de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, Jose Ignacio Asensio.
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