(EFE). La restricción de actividades durante 2020 por la pandemia de covid contribuyó a mejorar algunos parámetros medioambientales de San Sebastián, donde los desplazamientos en transporte público bajaron un 38,5 % respecto a 2019, el uso de la bicicleta subió un 14 % y el total de residuos generados se redujo un 9,5 %.
Estos datos corresponden al Informe de Sostenibilidad y Clima 2020 de la capital guipuzcoana que ha elaborado la Fundación Cristina Enea, cuyas principales conclusiones ha presentado este miércoles la concejala de Ecología, Marisol Garmendia, en una rueda de prensa ofrecida en el Ayuntamiento con los responsables del estudio Manu González y Leire Sarobe.
«Como era de prever, la pandemia ha tenido efectos positivos» en los resultados de este estudio anual sobre el estado medioambiental de la ciudad, ha destacado la concejala donostiarra, quien ha considerado que el confinamiento y las restricciones de ciertas actividades económicas a lo largo del año pasado «han contribuido a mejorar» algunos indicadores, de los más de 50 que analiza el informe.
La pandemia tuvo especial incidencia en los hábitos de movilidad, hasta el punto de que la utilización de todos los modos de transporte público que operan en la ciudad, tanto de autobús como de tren, pasaron de los 179 viajes anuales por habitante en 2019 a los 110 trayectos por donostiarra en 2020.
El efecto covid actuó en sentido contrario en lo que al uso de la bicicleta se refiere, que experimentó un aumento importante y alcanzó una media diaria de casi 24.800 desplazamientos, lo que supone un incremento del 14 % respecto al ejercicio anterior.
Entre «las paradojas» que han encontrado los expertos a la hora de analizar «el metabolismo urbano» de San Sebastián está el incremento del «índice de motorización de la población», que pasó de tener 405 coches y 141 ciclomotores o motos por cada mil habitantes en 2019, a 415 y 147, respectivamente, el año pasado, lo que se traduce en un 2,6 % más los primeros y un 4,6 % más los segundos.
En cuanto a los residuos urbanos, otro de los indicadores en los que la pandemia ha tenido mayor incidencia, el informe precisa que cada donostiarra generó 442 kilos de basura en 2020, frente a 488 kilos del año anterior (-9,5%), y también depositó selectivamente para el reciclaje un 42,8 %, cuando en 2019 la tasa fue del 41,5%.
Los expertos del Observatorio de Sostenibilidad y Clima de Cristina Enea han llamado sin embargo la atención sobre el hecho de que el volumen de desechos orgánicos depositado en los contenedores que usan las cerca de 30.000 familias donostiarras bajó de 5,5 millones de kilos recogidos en 2019 a 4,9 millones en 2020, un 9,6 % menos.
El consumo de agua también resultó afectado por el cambio de hábitos de la crisis sanitaria, con un consumo total de 210 litros por persona al día, frente a 207 litros en 2019, un leve aumento que fue más acusado en los hogares, donde aumentó un 7 %, tras pasar de 134 litros diarios por habitante a 144 litros en 2020.
Sobre la calidad del aire urbano, el estudio indica que fue «buena» o «muy buena» durante un 97 a un 88 % de los días del año pasado, según la estación de medición.
La calidad del agua del Urumea dentro del termino municipal de San Sebastián «sigue siendo óptima» en general, según el informe, que precisa que un 99,7 % de las analíticas fueron satisfactorias y evidencian «una creciente mejoría» de los criterios medioambientales en las zonas cercanas a la desembocadura y la costa, pero no tanto en la parte media del río, con un estado global «peor que bueno», por ejemplo, a su paso por Loiola.
Sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEIS), no puede aún determinarse el efecto de la covid-19 puesto que corresponden a 2019, cuando, sin contar los generados por la industria, descendieron un 8 % en relación a 2018.
Deja un comentario