«Probablemente será el último Mojo Workin’ que hagamos», ha dicho Arkaitz Kortabitarte durante la presentación de los músicos que a partir de mañana harán vibrar un año más al público de Gazteszena. «Al 99%», ha añadido Kortabitarte.
Kortabitarte, que de la mano de Gure Gauza ha traído a lo más granado de la música soul a Donostia año tras año, reconocía esta mañana que la tensión es enorme. El coronavirus, que pesa sobre esta edición como una losa, es la puntilla a «una responsabilidad enorme para una simple asociación de voluntarios».
Días atrás preocupaba la venida de los músicos. Ahora, a día y medio del festival y con los músicos ya en Donostia, preocupa que el Gobierno vasco suspenda el evento o restrinja la presencia del público a causa del coronavirus.
«Si se suspende no nos darán las subvenciones y el agujero será enorme», explicó Kortabitarte, quien considera que han sido años de demasiadas tensiones. Unas tensiones que se trasladan a lo personal, tal y como ha dicho durante la rueda de prensa. «No es que no nos acompañen las instituciones, pero a día de hoy aún no sabemos si tendremos subvención de Donostia Kultura. El problema es más bien cómo funciona el sistema de las ayudas».
Más serio que nunca, a Kortabitarte hoy no le relajaban ni los continuos chistes de Carolyn Crawford, Spyder Turner, Chris Clark y Ruby Andrews, que por su parte parodiaban que es probable que estén en cuarentena al volver a Estados Unidos porque Trump ha restringido la llegada de vuelos de Europa. «Quizá tenga que echarme una novia aquí», comentó Turner.
Las entradas están prácticamente vendidas. Si algo tiene el Mojo Workin’ es un público muy fiel y una organización que lo da todo por traer a los mejores. Año tras año.
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