A día de hoy son 130 personas con discapacidad intelectual las que se desempeñan en empresas ordinarias en Gipuzkoa, lo supone colaborar en un bar o una peluquería más allá de iniciativas sociales como los talleres protegidos de Gureak. Son 130 logros que apuntalan aún más el afán de Atzegi por este asunto. «El empleo es sin duda el principal reto que tenemos y se está avanzando muchísimo», explicó al respecto Ainhoa Fiz, de la Asociación Gipuzkoana a favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Atzegi).
Desde la entidad consideran que ésta es una experiencia trasladable a todas las empresas, siempre que se encuentre la actividad adecuada para la persona correspondiente. «Nos decían hace poco en un bar de la Parte Vieja que el chico que allí trabaja es uno más. Nosotros sabemos que son personas que aportan un punto de vista distinto y mucha responsabilidad. No sólo ganan ellos, que es lo que puede parecer a primera vista».
En algunos casos son las propias familias las que buscan a las empresas correspondientes y dan a conocer Pausoberriak (www.pausoberriak.com), el programa gestionado por Atzegi y por Gureak, que busca la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual.
Lo cierto es que Atzegi siempre ha hecho hincapié en el tema del empleo desde que nació en 1960 con tres objetivos: ayudar a estas personas a que desarrollen sus aptitudes, asesorar a sus familias y cambiar la sociedad de manera que prevalezca siempre un punto de vista positivo hacia la discapacidad intelectual. En este punto, el de la concienciación, son permanentes las campañas de Atzegi con su figura de los ‘atzegizales’ al frente, aquellos cuya aportación a la entidad es el respeto y el trato normalizado hacia las personas con discapacidad.
A día de hoy la gran familia de Atzegi está formada por los 10.000 atzegizales, 2.200 socios que colaboran económicamente con la asociación, 2.200 personas con discapacidad y sus 2.100 familias.
El empleo es sólo la última ‘pata’ del trabajo de la entidad, que en sus objetivos de ayudar a estas personas cuenta con un servicio de vivienda para favorecer su indepencia si es posible u otro de respiro para las familias que necesitan un descanso, por poner dos ejemplos, aunque más que reseñable es también el servicio de ocio y de participación social que se nutre de cursos de todo tipo, vacaciones, clubs, etc.
Aunque no han cambiado los objetivos de la entidad desde los años 60 sí se han producido muchos cambios sociales. «Necesitamos que las familias se sigan implicando. Tenemos la sensación de que son menos asociativas porque todo está más hecho, pero su papel es esencial», expresaron desde Atzegi, donde reciben al año cien altas de personas con discapacidad. Una discapacidad que estaba antes muy representada por el síndrome de Down, que ahora es menos frecuente y ha dado paso a discapacidades que van apareciendo conforme avanza el desarrollo del niño.
Reportaje
El reto laboral de Atzegi se traduce ya en 130 logros
A día de hoy son 130 personas con discapacidad intelectual las que se desempeñan en empresas ordinarias en Gipuzkoa, lo
Clases de cocina para miembros de Atzegi en el aulario de la UPV. Foto: Santiago Farizano
Temas: solidaridad
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