Con la premisa de trabajar antes sobre la «ciudad construida» que en levantar nuevas viviendas se han presentado hoy las líneas principales del Plan de Vivienda en que trabaja el Ayuntamiento. Han presentado la iniciativa el alcalde Eneko Goia, el teniente alcalde Ernesto Gasco, el concejal Enrique Ramos y el director de Etxegintza Rafael Farias, que han anunciado que el plan prevé levantar 4.500 nuevos pisos en seis años pero con la intención de ‘reordenar’ un parque ya existente e «infrautilizado».
En el 60% de las viviendas de Donostia viven una o dos personas, según el diagnóstico del plan, y hay más de 3.800 pisos vacíos. En 2017 los apuntados en Etxebide superaban los 9.600 solicitantes (6.863 empadronados en San Sebastián), de los que la inmensa mayoría demandaba una vivienda en régimen de alquiler (72,3%) y el resto la quería en cesión del derecho de superficie.
Actualmente el parque de viviendas de la ciudad suma 88.675 viviendas y son los barrios de Amara Berri, Centro, Gros, Altza y Antiguo los de mayor densidad. Con un censo de 186.000 habitantes la media resultante es de 2,4 personas por vivienda.
Propietarios con problemas
Con todo, tal y como ha expresado Farias, la vivienda es un problema en ocasiones no sólo para quienes no la tienen, también para quienes la tienen. Por eso en este plan quieren tener en cuenta a las personas que se encuentran en pisos con difícil accesibilidad o a personas mayores, en general, que viven en pisos grandes y no pueden pagar la calefacción. Por poner un ejemplo más de 5.000 vecinos que superan los 65 años viven en pisos altos sin ascensor.
Para empezar a ‘corregir’ estos fenómenos el plan contempla facilitar la división de viviendas y mejorar el acceso a los portales con ayudas a la instalación de rampas y ascensores.
Por otro lado el Plan de Vivienda plantea un impulso a los alojamientos dotaciones tanto para mayores como para jóvenes en régimen de alquiler. Así se contemplan actuaciones en la calle Amara (Amara Zaharra), en el Instituto de la Construcción de Altza, en Manteo, en Mons (Intxaurrondo), Ondarreta o en el antiguo edificio de Orixe en la calle Campanario de la Parte Vieja. También el Gobierno Vasco dentro de sus competencias en materia de vivienda pública tiene previstas actuaciones en materia de apartamentos dotacionales en Morlans y Riberas de Loiola.
Además se prevén nuevas promociones de VPO, fundamentalmente en régimen de alquiler, en Illarra (Ayuntamiento), Altza y Txomin Enea, ambas promovidas por el Gobierno Vasco.
Dentro de la promoción de viviendas por iniciativa privada se contemplan los desarrollos de Esnabide, Sarrueta, Antzita, Ciudad Jardín, Jolastokieta, Txingurri, San Luis y Añorga, sumando en este caso 1.808 viviendas hasta el año 2022.
Primeras críticas
Según EH Bildu «la mayor carencia del Plan de Vivienda es la falta de políticas para sacar al mercado las viviendas vacías». «Y llama poderosamente la atención la falta de un análisis de las consecuencias de la proliferación de viviendas de alquiler turístico en el retraimiento de la oferta de alquiler residencial y, como consecuencia de ello, en el aumento exponencial del precio».
Por su parte Irabazi ve como aspecto positivo que el plan fomenta la creación de cooperativas de viviendas, facilitar la subdivisión de viviendas grandes en otras más pequeñas («ambas medidas formaron parte de la campaña etxebizitzaSOSvivienda.org», recuerdan). Por el contrario señalan que el plan “carece de ambición” para luchar contra la vivienda vacía, ya que no incorpora ninguna medida concreta para que las 3.900 viviendas sin ocupar estimadas por el padrón municipal dejen de estarlo. Además se ha referido Irabazi a la “omisión pura y dura” de la eficiencia energética de las viviendas.
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