Si de lugares con encanto se habla en San Sebastián es difícil pasar por alto el parque de atracciones del Monte Igueldo. Un atractivo turístico que congrega todos los años en estas fechas a miles de turistas entre su funicular, su mirador o su tan famosa Montaña Suiza. Este año la pandemia obliga a muchos turistas a prescindir de tan bonitas vistas y para saber cómo lo llevan DonostiTik ha hablado con Pilar Pascual, directora del parque de atracciones del Monte Igueldo. «La previsión es que a partir de que empiece el curso escolar el bajon sea tremendo, en otoño vivimos del turista extranjero y del nacional que se dedica al sector servicios. A partir de septiembre prevemos una sequía absoluta».
Ahora están pendientes de si con las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno Vasco el número de visitantes se reduce.
Los turistas extranjeros ya no suponen el 50% de su público. «Hay cierto incremento del turista nacional y del de proximidad, pero no es un incremento que cubra el vacío de los extranjeros«, explicó Pascual.
La bajada de los turistas del exterior ha sido reseñable, pero no tanto la de franceses, a quienes consideran «visitantes de proximidad».
Actualmente el parque tiene un aforo limitado del 60% y por cuenta propia decidieron que el funicular funcionaría con un 70% u 80% de su aforo, lo que implica una mayor frecuencia de viajes. También han ordenado las entradas y salidas al funicular y a determinadas atracciones como la Montaña Suiza para una mayor seguridad.
El parque pudo abrir sus puertas en la fase 3 de la desescalada. Durante el confinamiento los trabajadores permanecieron en ERTE aunque muchas de las atracciones pertenecen a autónomos, por lo que «había muchas familias afectadas por la situación».
Medidas sanitarias
El parque del Monte Igeldo se ha tenido que adaptar controlando el aforo y cerrando varias atracciones donde la distancia de seguridad no se podía garantizar. «Hemos desmontado las camas elásticas y hemos cerrado el paseo de la risa», explicó Pascual. También han tenido que cerrar la zona de las casetas donde se ubican máquinas como futbolines y prescindir de las motos infantiles que se iban a colocar esta primavera frente al laberinto.
Desde el lunes también está prohibido fumar en todo el recinto del parque y están a la espera de recibir unas banquetas altas en las que el público pueda sentarse para consumir en el pequeño bar ya que no se puede consumir de pie. «Si nosotros no damos ejemplo y cumplimos con las medidas, va en perjuicio nuestro».
Como es natural el uso de la mascarilla es obligatorio en todo el parque y es necesaria la limpieza de manos con gel hidroalcohólico antes de realizar cualquier actividad. «En general no hay que recordar el uso obligatorio de la mascarilla aunque sí que ha habido incidentes aislados». Además la desinfección de las atracciones es obligatoria dos veces al día. «Se realiza o bien a última hora de la noche o a primera hora de la mañana». Al mediodía el funicular cierra de 14.30 a 15.30 horas y las atracciones de 14 a 15.30 horas para realizar dichas tareas.
«Hay gente que no tiene problemas para subirse, por ejemplo, al funicular, y otra a la que ves más reacia. El otro día un señor catalán nos decía que incumplimos la normativa de aforo en el funicular. Tenemos permitido el 100% pero hemos decidido usar solo el 80%, 35 personas», explicó Pascual. Considera que hay cierta ignorancia de las medidas de seguridad, sobre todo por parte del turista de fuera.
«En otoño, entre semana, vivimos del turista, normalmente extranjero y de mediana edad que ahora no va a venir. Y se está oyendo que si se sigue así se tomarán medidas más drásticas». Por ahora han tenido que ajustar los horarios de los trabajadores y prescindir de personal.
Una situación que esperan poder sobrellevar en uno de los lugares con más encanto de la ciudad.
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