A sus 85 años, Félix Soto continúa defendiendo lo que él considera más beneficioso y justo para la ciudad. Exconcejal del ayuntamiento en los tiempos de Herri Batasuna, hace un tiempo que asume la portavocía de la asociación de vecinos Uliako Auzo Elkartea, muy crítica con los planes urbanísticos del actual gobierno municipal. “Como Donostia no tiene petróleo ni gas, lo que intentan es hacerse millonarios comiendo el paisaje”, resume. La batalla en la que está ahora inmerso el colectivo vecinal tiene nombre en inglés y ha dado mucho que hablar en las últimas semanas: el futuro Basque Culinary Center de Gros.
Con los «tejemanejes» de los viveros de Ulia en ‘stand by’ -“quisieron colar la sede de Aranzadi en un terreno de 4.000 metros cuadrados”-, la asociación se opone frontalmente a la construcción del nuevo edificio que la entidad gastronómica levantará en la Avenida Navarra. Solicitan su “paralización” inmediata. Además de inundar la ciudad con carteles contra el plan urbanístico, han lanzado una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org.
De momento, cuentan con más de 2.000 adhesiones de lo que consideran un “expolio” del patrimonio público. Uliako Auzo Elkartea arremete contra la cesión gratuita por parte del ayuntamiento de una parcela de 5.500 metros cuadrados, situada junto a la casa de cultura de Okendo, “para la construcción de un edificio de uso privado”. De llevarse a cabo el plan, Gros se quedaría huérfano de espacios ajardinados, ya que se procedería a la “eliminación de la única zona verde del barrio. El parque de Zemoria desaparecería totalmente, convertido en dos parcelas para construcciones de 16 metros de altura que convierten el Camino de Santiago en un vulgar pasillo a su sombra”, advierten.
“No cumple con los estándares legales que tendría que exigir el Plan General, meten unos parterres y todo se lo quedan ellos. Es un expolio. Un regalo. Es un patrimonio público que se le da a una empresa privada. Su ubicación debería ser el polígono de Miramón, aprobado para acoger este tipo de iniciativas, donde se encuentra el Basque Culinary Center, también financiado con dinero y patrimonio de suelo público”, insiste Soto, quien a principios de los años 80 dirigió la Comisión de Urbanismo del consistorio donostiarra.
Hace un mes se dio a conocer el espectacular diseño del estudio de arquitectura danés BIG (Bjarke Ingels Group), vencedor en el concurso internacional con “Olatuen bidea -Camino de las Olas”. Rematado con una curiosa y ondulante cubierta ajardinada, albergará un centro al que han denominado GOe (Gastronomy Open Ecosystem) y que servirá para “la atracción, la capacitación avanzada y el desarrollo de talento emprendedor y ‘start-ups’”.
En las redes sociales del Basque Culinary Center saludaron entusiasmados el proyecto. Lo calificaron como “un gran paso adelante” que “refuerza la visión de futuro de BCC desde la innovación, investigación y emprendimiento que ayudará a fortalecer la gastronomía, con una visión contemporánea y respondiendo a los retos a los que se enfrenta el sector”. El Gobierno Vasco y el Ayuntamiento se muestran igual de eufóricos. Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, no dudo en calificarlo como un «proyecto de país» de «vital importancia». La izquierda, por su parte, ya ha mostrado sus reparos en una línea muy parecida a la de Uliako Auzo Elkartea.
El presupuesto de este edificio complementario al de la sede principal de Miramón (Paseo Juan Avelino Barriola, 101) asciende a 26 millones de euros: el Gobierno Vasco aporta 18, la Diputación de Gipuzkoa 6 y los otros 2 corren a cargo de la institución de Mondragon Unibertsitatea. “Al final, pasará lo de siempre, que no serán 26 millones, sino muchos más. Otra broma más. Lo único cierto es que los 8.000 metros cuadrados reservados para equipamiento sociales se pretenden hurtar para una entidad privada de millonarios”.
Desde Uliako Auzo Elkartea aseguran que han tratado de explicar su postura tanto a los partidos que sostienen el gobierno municipal (PNV y PSE), así como a los afamados cocineros que forman parte del patronato del BCC. Según Soto, “no contestan” a sus requerimientos. ¿Qué opina sobre el extendido comentario de que la zona de Manteo está deteriorada y necesita ser reformada? “De deteriorada no tiene nada”, responde rápidamente. “La hierba está alta y la arreglarán. Estos (por el ayuntamiento) procuran que las zonas se degraden para que se diga que están en mal estado. Son ridiculeces para engañar a la gente”.
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