Que en Donostia llueve es sabido, pero lo de las tres últimas semanas ha sido digno de la desmoralización colectiva. La debacle en forma de lluvia y viento comenzó más o menos cuando se inauguraron las luces festivas y se abrió el mercado navideño del Paseo de Francia y alrededores el 26 de noviembre. Y la debacle termina hoy con la desaparición (al menos por unos días) de la lluvia.
Los artesanos de Gabonetako Azoka miran al cielo y cruzan los dedos por que las compras de los días venideros compensen lo vivido, que ha incluido cierres. «Es difícil, pero quién sabe», dicen los que permanecerán en sus puestos hasta el 6 de enero. Más complicado lo tienen quienes se despedirán de los clientes el día 16 porque han alquilado la caseta solo para media temporada. En todo caso todos coinciden en que hoy comienza una nueva etapa.
En caravana
«Es el cuarto año que vengo. En verano van muchos vascos a Menorca y sabemos que valoran la artesanía y quise probar en San Sebastián». Laura Pons, de Qui, no viene sola, además. Están con ella su bebé y su hija pequeña. Mal plan en una caravana, que es donde se estaban alojando, hasta que el temporal obligó a tomar medidas y esta joyera dio con la cordialidad de vecinas donostiarras que la conocían y abrieron sus puertas a la familia.
Lo que Pons cuenta del temporal es lo que han vivido todos los vendedores de Gabonetako Azoka, que al final tuvieron que cerrar las puertas, algo que no ha ocurrido en las ediciones anteriores salvo rarísimas excepciones. «Entraba la lluvia y en varias ocasiones el viento tiró el género el suelo. Ha sido increíble. Esperemos que la gente se anime a partir de hoy porque va a ser difícil recuperar lo invertido». Ella se quedará hasta el 6 de enero en Donostia.
En el puesto de de Qi hay telas y joyas artesanales. «Trabajo con plata, oro, latón, bronce, y me inspiro en la naturaleza y en el mar, que por algo vengo de una isla», explica a quienes se acercan a conocer su trabajo.
Uruguay-Menorca-Donostia
Curiosamente hay más artesanas menorquinas en Donostia estos días. O residentes en Menorca como la uruguaya Erika Hartje, que precisamente ha elegido este año para aterrizar en San Sebastián en un estreno difícil de olvidar. Ella permanecerá en Donostia hasta el día 16 incluido.
La caseta de Erika es la primera del Paseo de Francia desde el extremo de Gros, así que ha estado especialmente expuesta a las inclemencias del tiempo. «El estado anímico ha sido tremendo. Abrimos el 26 y hasta hoy, salvo un día del puente que no llovió, no hemos podido hacer nada. Y mira que el puente se esperaba con ilusión…»
Hartje está alojada en la habitación compartida de una pensión e incide en lo ya sabido: «San Sebastián es bonita, sí, pero muy cara».
«No haré balance hasta que me vaya y aspiro a compensar el gasto. Pero las expectativas que traía no se van a cumplir. Además me dicen mis compañeros que los últimos días se vende bastante más pero mi último día será el jueves», explicó esta joyera desde su caseta llena de collares, anillos, pendientes, brazaletes…
«Trabajo mucho con plata y está todo hecho a mano, es joyería contemporánea de corte étnico con piedras semipreciosas y alguna preciosa». Erika, como el resto de los artesanos del mercado, habla mucho con quienes acuden a su caseta.
¿Se animaría esta joyera a volver al mercado navideño otro año?, «no lo sé. Quizá cuando se me olvide lo del tiempo..», responde sin perder el buen humor.
«Unos días horrorosos»
Más fácil lo tienen para rentabilizar la inversión los residentes en Donostia, obviamente. La veneciana Giovanna Bittante vive en San Sebastián desde 2008 y participa en Gabonetako Azoka por tercer año. «Hasta ahora siempre ha sido una experiencia positiva y llegamos con mucho entusiasmo. Ocurre que nos han tocado unos días horrorosos. Empezamos mal en la inauguración y fuimos a peor. Y tuvimos que cerrar». Ella también se despedirá de la caseta el jueves 16.
No descarta Bittante que lo ocurrido estos días pueda traducirse en cambios en la organización del mercado para años venideros. Ya sea en la disposición de las casetas, en los materiales de las mismas o en su ubicación. En todo caso no duda de las bondades de la iniciativa y su objetivo sigue muy claro: «Yo quiero sacar mi producto a la calle, quiero darme a conocer. Aquí, quienes pasan, pueden ver las joyas, tocarlas, probarlas… hay mucho contacto con el comprador».
Bittante, que participa en GK Green Fashion porque parte de su producción es con material reciclado («trabajo con materiales nobles, pero el papel tiene un protagonismo especial en mis creaciones, me encanta y ahora he descubierto el papel japonés»), tiene un estudio en Donostia que puede visitarse con cita previa. «Pero el público no llega como cuando estás en la calle», apunta.
Encuentro y picoteo
A partir de hoy Gabonetako Azoka será de nuevo punto de encuentro por el ambiente, por la belleza del enclave navideño… y también por su vertiente hostelera.
Desde Mallabia (Bizkaia) repite con dos expositores Mañeko, por poner un ejemplo. Por cierto que a la venta de dulces y empanadas le ha sumado unos pintxos de txistorra con sabor a fecha ilustre donostiarra que por segundo año consecutivo no podrá celebrarse. Es otra sombra que se alarga. El temporal, sin embargo, ha escampado ya.
Versión online de gabonetako azoka, aquí.
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