(EFE). Pedro Martín Calero debuta en la dirección de largometrajes con «El llanto» una cinta de terror «sutil y diferente» con la que compite en la Sección Oficial del 72 Festival de San Sebastián, que esconde a un monstruo que acecha a las mujeres no importa cuándo, ni dónde, porque atraviesa espacio y tiempo.
La película, contada en clave de terror psicológico, enlaza las historias de tres mujeres unidas por el argumento común de son jóvenes, son perseguidas por una sombra aterradora, y no son creídas por nadie.
Un lugar común en las películas de terror, el no creer a la víctima, advierte la guionista de la película, Isa Peña, que se les impuso al director y a ella mientras construían la historia: «Nos dimos cuenta de que eso es absolutamente lo que pasa en nuestros días. Fue algo que nos erizaba la piel y supimos que (el tema) estaba ahí para cogerlo, sí», afirma Peña.
La película comienza en el presente, con la historia de Andrea (Ester Expósito) que es consciente de una presencia inasible que cada vez altera más su vida cotidiana; pero nadie, ni ella misma, es capaz de verlo a simple vista, sólo sabe que sus iPhones a veces le envían el sonido de un llanto desgarrador.
Hace veinte años, a diez mil kilómetros, la misma presencia aterrorizaba a Marie (Mathilde Ollivier). Camila (Malena Villa) fue la única persona que alcanzó a entender lo que le ocurría, una amenaza opresiva, una presencia antigua y a la vez, conocida.
A pesar de que las actrices no coincidieron en el set de rodaje, el guion estableció entre ellas una unidad que Expósito explica porque «en la vida real hay como una red invisible entre las mujeres y unos lugares comunes de que compartimos muchas cosas, experiencias, vivencias, injusticias, estamos al final en el mismo lado, en la misma cara de la moneda».
«Creo que hay lugares muy comunes en los que, aún sin conocernos, e incluso viviendo en distintas épocas, hay una conexión ahí, en el aire», ha señalado la protagonista de ‘Elite’, que cuenta con más de 27 millones de seguidores en Instagram por el mundo.
El dolor del que se habla en la cinta, apunta Peña -para no desvelar mucho de la trama-, «es capaz de viajar en el tiempo y el espacio y de atravesar océanos, y que parece tener un terrible don de la ubicuidad, es el que nos permitió dar la forma a nuestro relato para contar lo que queríamos contar, porque está lo suficientemente escondido como para que no sea el motor, pero sí para que nos ayudara a poner unas reglas».
Jugar con los tiempos y los espacios, explica la guionista, «tenía un sentido formal, pero también temático, que bebe de lo literario en esa cosa capitular y que nos hizo sentir cómodos».
El director vallisoletano, realizador reconocido por sus videoclips y cortos de gran potencia visual, ha detallado que aún cuando sabían el tono de la historia quisieron «salirse del esquema típico» para «modificarlo y modernizarlo» y darle un toque «sutil y diferente».
Como todas las cintas de género, ‘El llanto’ tiene mucho de político en su guion, de denuncia y de arrebato, al tiempo que se apoya en la arquitectura de una ciudad que se repite y un edificio que siempre parece ser el mismo.
«La película es tensión y tensión que se va acumulando y estallidos», apunta Martín Calero.
«Quería huir de la técnica común del genero, y hacerla más femenina, con una luz realista, cruda, que se vea que son mujeres de verdad y se vea el mundo que están viendo los personajes», afirma el director. En definitiva, terror psicológico.
Deja un comentario