(EFE). El juicio con jurado por la muerte a puñaladas de la joven Aintzane Pujana, el primero por el que la Fiscalía pide prisión permanente revisable en Gipuzkoa, comenzará a finales de este mes de septiembre en la Audiencia de Gipuzkoa y se prolongará durante casi todo octubre.
El cadáver de Pujana fue descubierto el 4 de enero de 2021 por unos operarios que trabajaban en una zona de matorrales cerca del río Urola a su paso por Aizarnazabal (Gipuzkoa).
Los acusados, un hombre de 24 años y una mujer de 23, fueron detenidos el 12 de enero, días después del crimen, tras una minuciosa investigación de la Ertzaintza cuyas pesquisas permitieron reconstruir con gran detalle el incidente.
Está previsto que la vista en la que ambos serán juzgados arranque el viernes 26 de septiembre en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial con la elección de los miembros del jurado, y que se reanude el lunes siguiente, día 30, para finalizar el 21 de octubre.
Asesinato agravado
En su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso EFE, la Fiscalía atribuye a los procesados un delito de asesinato agravado, otro de detención ilegal y un tercero de mantener en la prostitución a una persona con uso de intimidación.
Según recoge este documento, la víctima ejercía la prostitución y era presuntamente «explotada» en «calidad de proxeneta» por el acusado varón.
Por el primero de estos ilícitos la Fiscalía reclama la pena de prisión permanente revisable, mientras que por los otros dos pide penas que suman ocho años y medio de cárcel, además de una multa de 5.400 euros para cada uno de los inculpados.
Los hechos sucedieron el 1 de enero de 2021, cuando ambos procesados se encontraban junto a su víctima en el domicilio que todos ellos compartían en un agroturismo de Aizarnazabal.
Poco antes de las 23 horas recibieron una «solicitud» que requería «los servicios» de la víctima y que la chica «se negó a cumplir».
Le arrebató el perro
«Para vencer su resistencia -añade el documento-, el acusado arrebató» su perro a la perjudicada y se lo llevó al interior de un coche, haciéndole ver «tácitamente» que podría causar algún daño al animal o llevárselo del lugar.
Esta acción «surtió el resultado esperado» en la perjudicada que se subió al vehículo para dirigirse al lugar donde se encontraba el cliente, si bien al llegar al destino la mujer volvió a rechazar ser prostituida, ante lo que el encausado le quitó los dos teléfonos móviles que portaba y la dejó «encerrada» en el coche en compañía de la otra procesada.
El texto de la Fiscalía señala que finalmente, «en represalia» por las negativas de la víctima, el varón condujo hasta una pista forestal, donde la sacó del vehículo «por la fuerza» y pidió a la otra mujer que le «golpease en la cara», acción a consecuencia de la que la agredida sufrió la rotura de la nariz e inflamación en ambos ojos, además de algunas heridas en los brazos, resultado de sus «intentos de defenderse».
Posteriormente, el inculpado volvió a introducir a la chica en el automóvil y todos ellos regresaron al agroturismo donde, para evitar que la mujer los denunciara, la acusada cogió unas bridas y presuntamente le colocó una de ellas en el cuello.
Presionó en el cuello
El varón supuestamente tiró luego de ella, presionó en el cuello con los dos pulgares a la víctima y le cubrió la cabeza con una toalla, además de atarle las manos con otras bridas entre ambos.
«Como quiera que los acusados fueron incapaces de comprobar si habían conseguido su objetivo de matarla«, prosigue el documento, presuntamente le asestaron varias puñaladas en el cuerpo con un cuchillo de casi trece centímetros de hoja, sin que la agredida «pudiera defenderse». Más información sobre el crimen de Aizarnazabal, aquí.
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