El nombramiento como concejala de EH Bildu de Sandra Barrenetxea, condenada en su día por pertenecer a Ekin, ha provocado hoy en el Ayuntamiento donostiarra la salida del salón de plenos de los ediles populares Jorge Mota y Teresa Vélez mientras el portavoz del grupo, Borja Corominas, protestaba porque le denegaban tomar la palabra.
Sandra Barrenetxea, que sustituye a Olaia Duarte, que en la actualidad desempeña su labor en el Senado, llegó en 2016 a un acuerdo de conformidad con el fiscal de la Audiencia Nacional y las acusaciones ejercidas por la Asociación Víctimas del Terrorismo y Dignidad y Justicia con el que eludió la prisión tras renunciar a la violencia. La Audiencia Nacional impuso a Barrenetxea una condena de un año y nueve meses de prisión al estimar el fiscal que no era dirigente de Ekin, sino mera integrante.
Los concejales del PP donostiarra consideran que con este nombramiento EH Bildu «busca validar 40 años de terror y como mal menor, el olvido».
Corominas, que no ha podido intervenir durante la toma de posesión porque tal y como ha manifestado el alcalde Eneko Goia «nadie dijo en la Junta de Portavoces que quisiera tomar la palabra en ese punto», pretendía «exigir» un «mínimo suelo ético que pasa por condenar el asesinato político, por pedir perdón por los asesinatos cometidos en nombre de una ideología perversa y por no haber pertenecido a ETA ni a su entorno».
En opinión del grupo popular una persona condenada por haber formado parte del entramado de una banda terrorista «no debería formar parte de la política institucional«.
«Puede haber hecho un recorrido personal que la habilite socialmente, pero ¿qué mensaje enviamos si aceptamos sonrientes, o mudos y cabizbajos, que alguien que aplaudió el asesinato, que alguien que colaboró en el asesinato, que alguien que facilitó el asesinato, forme parte de este pleno y, por lo tanto, tenga un rol activo en los instrumentos que ayudan a marcar los límites de la decencia política?», ha cuestionado Corominas.
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