Tras una «espera injustificada» (la petición de salida se hizo el 12 de septiembre) el Ejecutivo español ha autorizado al buque Aita Mari a navegar a Lesbos (Grecia). El despacho (la autorización que todo barco debe de tener antes de abandonar puerto) restringe de nuevo al Aita Mari a realizar operaciones de rescate. El buque zarpará desde Pasaia el 16.
La asociación armadora del Aita Mari, Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), ha pasado las últimas semanas esperando que la Administración diera respuesta a un mero trámite que, «en condiciones normales, no lleva más de 24 horas».
«Por fin ayer se nos comunicó que podemos zarpar hacia el Mediterráneo. En la bodega llevamos más de siete toneladas de material de emergencia: sobre todo ropa de abrigo, calzado de invierno para estrenar, mantas y tiendas de campaña para el invierno», ha explicado la tripulación.
SMH recuerda respecto a la limitación de rescatar náufragos que «esta limitación de España va en contra de la Convención de las NNUU sobre el Derecho del mar (Unclos). En su artículo 98 recoge el «deber de prestar asistencia a cualquier persona encontrada en el mar en peligro de desaparecer y de proceder a máxima velocidad a rescatar a las personas en peligro».
«En el tiempo en el que España daba respuesta, miles de personas han desembarcado en las islas del Egeo provenientes de Turquía. A día de hoy hay más de 31.400 seres humanos atrapados en esos campos de refugiados (datos de Acnur para la semana del 30 de septiembre al 6 de octubre). De ellos el 35% son menores de edad y el 22% mujeres», recuerda la ONG.
SMH está desplegada desde 2015 en Quíos (Grecia) con un equipo médico. En la actualidad es la única asistencia sanitaria que reciben las personas migrantes atrapadas en el campo de refugiados de esa isla.
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