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Tribunales

El fiscal afirma que la cuidadora asfixió a la anciana de Zumaia consciente de que iba a matarla

La defensa de la acusada incide en que los allegados a la víctima «consideran imposible» que ésta intentara «perjudicar» a la mujer

Audiencia provincial. Foto: Santiago Farizano

 (EFE). El fiscal ha asegurado este jueves que la mujer acusada de matar en noviembre de 2020 a la anciana a la que cuidaba en un piso de Zumaia (Gipuzkoa) la asfixió «a sabiendas» y «consciente» de que de esa manera «iba a causar» su fallecimiento.

«Es algo que ha quedado demostrado más allá de cualquier duda razonable«, ha incidido el representante del Ministerio Público durante la última sesión del juicio oral que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa con un tribunal del jurado contra esta cuidadora, que se enfrenta a una petición de 22 años de cárcel por un delito de asesinato.

«Poner en marcha el mecanismo de matarla lo hizo voluntariamente y lo hizo aprovechándose de que la anciana, de 91 años, no podía defenderse y valiéndose de su corpulencia y su fuerza, desde una posición de superioridad», ha recalcado el fiscal.

«No se murió sola, ni por un accidente sino porque no le llegó aire a los pulmones ni oxígeno al cerebro porque alguien le tapó la boca y la nariz, probablemente tirándole al mismo tiempo de las orejas», ha sentenciado el representante del Ministerio Público que se ha apoyado para ello en las conclusiones de la autopsia que los forenses expusieron en el juicio el pasado miércoles.

Ha afirmado que «el fin próximo» de la acusada con su actuación «era matar», aunque no ha concretado el «móvil» que le pudiera haber llevado a ello porque es algo que, a su entender, resulta «irrelevante» y queda «en la conciencia interna de la acusada».

Si no respiras te mueres

«No es necesario saberlo. Sólo necesitamos conocer que taparle la boca y la nariz lo hizo voluntariamente y sabiendo que si no respiras te mueres».

El fiscal ha pedido además a los jurados que, al tomar su decisión sobre los hechos, se aparten del «aspecto emocional y subjetivo que pudiera confundirles» al haber declarado durante la vista los hijos de la fallecida en favor de la acusada ya que, según ha señalado, la mayoría de testigos que han declarado en el juicio resultan «prácticamente irrelevantes» porque «no presenciaron» lo sucedido.

Sólo vieron un «resultado», ha agregado, cuyo escenario fue además «alterado» por la acusada al limpiar los restos de sangre de parte de la habitación y de la cara de la víctima, lo que podría además «conducir a equívoco».

«En presencia de una muerte con sangre no se toca ni se limpia nada. Cualquier persona lo sabe. Es puro sentido común social», ha insistido el fiscal, quien ha otorgado total credibilidad a la autopsia realizada por los forenses, que reveló la existencia de «golpes tremebundos» en la cara y todo el cuerpo de la anciana, con varias fracturas de huesos que no tenía aquella misma tarde.

Por su parte, la defensa, que solicita la libre absolución de la acusada, ha introducido subsidiariamente la posibilidad de que, en caso de ser encontraba culpable por el jurado, lo sea como autora de un delito de homicidio por imprudencia.

Autoría no probada

No obstante, en su intervención ante el tribunal, el abogado defensor ha mantenido que en el juicio «no se ha probado» que la cuidadora fuera la «autora de la muerte» de la anciana, al tiempo que ha recordado que los allegados a la víctima «consideran imposible» que hiciera tal cosa o que intentara «perjudicar» a la mujer.

Ha recordado también que su estado de salud era «muy débil» y que incluso sus familiares se habían planteado previamente una «sedación» que no llegó a materializarse porque la acusada conocía las «convicciones religiosas» de la anciana y «se ofreció a acompañarla hasta el final».

Ha detallado también que los hijos de la anciana le están «muy agradecidos» e «indignados» por la acusación en su contra, y ha subrayado que la persona «más perjudicada» con la muerte de la nonagenaria era la acusada que perdió a «una persona a la que quería como una abuela y su trabajo» en un momento en el que estaba «a punto de renovar su permiso de residencia y de trabajo», ya que es ciudadana extranjera.

Limpiar el lugar de los hechos

Respecto a los motivos por los que decidió limpiar el lugar de los hechos tras la muerte, la defensa los ha atribuido a una «deformación profesional» de una mujer que trabajaba como «cuidadora y limpiadora», sin llegar a pensar en «entorpecer la investigación» porque «ni se imaginaba que iba a haber investigación».

Ha asegurado además que la cuidadora «no asfixió» a la víctima, «al menos de manera consciente», porque «no tenía necesidad» de provocar su fallecimiento, dado que la anciana estaba en una situación terminal, si bien ha admitido que en el caso de que el jurado considere que pudiera haberla matado de manera imprudente se debió a un «exceso de celo» al intentar reanimarla, pero «nunca» con la intención de «provocar su fallecimiento».

En el uso del derecho a decir la última palabra, la encausada ha dicho ser «inocente», ha afirmado haber hecho todo «para ayudar» y ha señalado que tenía «mucho cariño» a la fallecida a la que no quería «hacer daño» tras haber permanecido tres años cuidándola.

Está previsto que el juicio no se reanude hasta el próximo lunes, jornada en la que la presidenta del tribunal hará entrega del objeto del veredicto a los miembros del jurado, que seguidamente se retirarán para iniciar sus deliberaciones.


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