Cada uno tiene su propia historia con el Zinemaldia. Su experiencia, su momento. No habría Festival de San Sebastián sin ese público que está pendiente de la programación y de las llegadas de los famosos, ese público que llena las salas. Y por ello en su 70º aniversario, este evento, sin duda el más potente de Donostia en cuanto a prestigio internacional, invita a acudir a Tabakalera y a recorrer la exposición ‘Imagina un festival’.
Y es que esta muestra que asombra y emociona (resulta asombroso constatar una vez más hasta qué punto el Zinemaldia es parte de la historia del cine internacional) es un homenaje al público, sin duda, pero también a aquellos pioneros que en 1953 fueron capaces de imaginar un certamen de este calibre «y de abrir una ventana en un momento históricamente tan gris», tal y como ha recordado esta mañana el alcalde de Donostia Eneko Goia.
Junto a Goia estaban en la inauguración el diputado general Markel Olano, la directora de Tabakalera Edurne Ormazabal, los comisarios de la muestra Carlos Rodríguez y Asun Lasarte y por supuesto el actual director del Zinemaldi, José Luis Rebordinos. Entre tantas otras autoridades que no han querido perderse el pistoletazo de salida de lo que ya es uno de los acontecimientos culturales del verano.
‘Imagina un festival’ es una muestra audiovisual que merece verse en varios días y que está anunciada desde la puerta de Tabakalera con una ondulante alfombra roja.
En la planta 0 hay una instalación dedicada al público con más de 600 imágenes enviadas por los fans, principalmente.
En la primera planta del centro cultural se observa el trabajo de los medios (han sido reiterados los agradecimientos a RTVE por la cesión gratuita de miles de imágenes, por cierto, también a Eitb). Hay entrevistas, fotografías… con un formato de gran revista abierta que invita a sentarse y leer.
Un enorme photocall, situado en el pasillo, permite (y es impresionante) recordar la presencia de 800 grandes del cine en la ciudad. Son 70 años en 7 minutos muy evocadores. Imposible no pensar en el paso del tiempo viendo las imágenes de Audrey Hepburn, Hitchcock y tantos otros.
Al final de la alfombra roja está ‘Zinea’. Una sala para perderse otro rato muy largo. Ahí podemos ver los instantes más impactantes de estos 70 años de festival. Aunque cada cual tiene su momento y de eso va la exposición, precisamente.
Hay más elementos en esta última sala: se puede ver la evolución del símbolo de la concha y hay un espacio interactivo en que el visitante elige el año del festival que quiere visitar.
Una grata experiencia, en fin, y un regalo, que puede visitarse hasta el 24 de septiembre. Merece la pena hacerlo porque son 70 años de historia de ciudad. Y porque queda mucho por recorrer. Pero lo hecho hasta el momento, sin obviar los años difíciles, que también tienen su reflejo en la muestra, es envidiable y emociona. Y sorprende. E invita al público a permanecer fiel a su festival.
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