Mikel Erentxun ha sido el encargado de leer el manifiesto en el Boulevard, hoy, con motivo del Día de la Salud Mental. Allí se han concentrado dos entidades, la Fundación Why Not? y la Asociación Gipuzkoana de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Agifes), con muchos de sus miembros y personal educador para disfrutar de una jornada que ha comenzado mucho antes.
El objetivo de esta convocatoria es poner de manifiesto las necesidades del colectivo y, sobre todo, apoyar su empleabilidad, de acuerdo con el lema que promueve este año la Confederación Estatal de Asociaciones de Salud Mental: ‘Trabajar sin máscaras. Emplear sin barreras’. Y es que este colectivo es uno de los más afectados en el ámbito laboral. Su tasa de empleo es la segunda más baja entre las discapacidades: tan solo el 15’9% de estas personas tiene trabajo y solo el 5% cuenta con un contrato estable.
Por otro lado recuerdan que el impacto de la salud mental sobre la economía es enorme. En Europa el coste directo de los problemas de salud mental es de 240 billones de euros al año, de los cuales 136 corresponden al coste de la productividad reducida, incluyendo el absentismo. Por otra parte el impacto negativo del trabajo sobre el bienestar de los trabajadores es también importante. En España se considera que entre el 11% y el 27% de los problemas de salud mental se pueden atribuir a las condiciones laborales.
Según datos de la Confederación Salud Mental España, las personas con problemas de salud mental constituyen el segundo grupo más grande de personas con discapacidad en edad de trabajar, mientras que su tasa de empleo es la segunda más baja entre las discapacidades. Además, en promedio, este colectivo cobra entre un 15% y un 20% menos con respecto a las personas sin discapacidad, lo cual obstaculiza su independencia y bienestar.
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