La escritora Amelia Serraller presentó ayer en Donostia su nuevo libro, Réquiem y marmitako, una colección de 14 relatos «palpables y verosímiles», en palabras de su prologuista, el también escritor donostiarra Félix Maraña.
Serraller, madrileña de nacimiento pero de hondas raíces donostiarras, pasó el confinamiento en el barrio del Antiguo pero en su mente estaba Urbieta 64, en Amara Zaharra, enfrente del Bellas Artes, escenario de sus recuerdos de la infancia.
«Los cuentos nacen de una situación límite», aseguraba Julio Cortázar, «por la realidad o la imaginación», y en el caso de Serraller fue el confinamiento lo que la inspiró y llevó a tejer esta trama de historias, ambientadas en una Donostia «cuya belleza acucia la sensación de encierro, porque no te dejaban ver el mar». «Este libro no lo habría escrito sin el confinamiento», reconoce la autora.
La fachada del Bellas Artes preside la portada del libro, obra del artista donostiarra Kanif Beruna y «corolario de situaciones» en palabras de Maraña. La representación de ese icono arquitectónico fue condición incluida en el encargo de la cubierta por Serraller, quien en la presentación ha agradecido la labor e implicación de Beruna.
Maraña por su parte denuncia que este edificio es «un icono en ruinas, perseguido por las instituciones a causa de la especulación». En cuanto a Réquiem y marmitako, el escritor donostiarra destaca que es «un tratado de sociología con mucho diálogo en el que se percibe la influencia de todos los autores eslavos que ha traducido Amelia por su profesión».
Amelia Serraller (Madrid, 1983) es Filóloga Eslava, intérprete y traductora de polaco y ruso y autora también del ensayo Cenizas y fuego sobre el periodista polaco Ryszard Kapuściński.
La escritora asegura que ha aprendido «todo» de los autores eslavos, «también el humor, y que pueden ser muy corrosivos y desnudar las escenas sociales sin perderlo».
Maraña ahonda en que los 14 cuentos están «despojados de barroquismo y tienen una dinámica narrativa importante». Serraller por su parte apunta a que los personajes son los vecinos ficticios de Urbieta 64, «personajes de muy diversos pelaje que se van cruzando», y destaca «los ritos de los balcones, los cuidados a personas mayores, el redescubrimiento de vecinos y vínculos, los reencuentros, la dependencia de las nuevas tecnologías» , así como en cada relato hay un personaje secundario bisagra que lo enlaza con el siguiente, en una colección en la que tiene cabida el fin de la violencia en Euskadi y la integración de una inmigrante. Tanto abarca desde lo vecinal que lleva a Maraña a asegurar que «este libro es una novela».
Serraller destaca también que esta pandemia ha revalorizado a los mayores, a los que ella por su parte ha querido brindar homenaje «a la generación que vivió la posguerra».
La presentación de Réquiem y marmitako ha sido uno de los actos incluido en la Feria del Libro y ha contado con la asistencia del organizador de la muestra, Asier Muniategi, quien ha animado a Maraña: «Escribe todo eso que cuentas, que la gente se olvida y no hay memoria».
La autora da también las gracias a la editorial Facta por haber apostado por una escritora joven.
Este jueves a las 18.45 en la librería Casa del Libro de la Avenida de la Libertad tendrá lugar una segunda presentación, con la participación de Serraller, Maraña y Beruna, y aforo limitado.
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