La responsabilidad ambiental que de unos años a esta parte es creciente obliga al ser humano a ser cuidadoso con sus actuaciones y a revisar críticamente las mismas para que su ‘huella’ sea lo más limpia posible. Y si de un tema se habla especialmente es de la movilidad, que es el asunto en el que vamos a detenernos.
Concretamente vamos a referirnos al catalizador de coche, que es un componente del sistema de escape encargado de reducir drásticamente las emisiones contaminantes en los gases de escape.
Los gases de escape resultantes, que consisten en óxidos de nitrógeno, hidrocarburos y monóxido de carbono y que son nocivos para la salud y el medio ambiente, fluyen a través del colector de escape directamente al catalizador y son convertidos a alta temperatura por los tres catalizadores químicos (el platino, el paladio y el rodio) en gases consistentes en vapor de agua y dióxido de carbono. Dado que el catalizador limpia tres grupos de contaminantes en este caso, también se le conoce como catalizador de tres vías o G-KAT.
En un vehículo diésel es el denominado catalizador de oxidación (Oxi-Kat) el que asume la tarea de reducir los contaminantes. En este caso con la ayuda del oxígeno atmosférico se minimizan los hidrocarburos en las partículas de hollín del gas de escape diésel. Debido a las temperaturas extremadamente altas, el catalizador tiene un recubrimiento especial de sustancias como el platino, que permite una purificación química optimizada de los gases de escape.
A día de hoy son muchos los vehículos que cuentan con catalizadores con sistema SCR para reducción catalítica selectiva. A través de una selección de urea (AdBlue) permiten reducir aún más las emisiones.
Es evidente tras lo dicho que el catalizador de coche debe estar en perfecto estado. Y es que además de a las altas temperaturas, este elemento está expuesto a algunos aditivos del combustible que pueden dañarlo. Cabe destacar que las láminas o aletas quemadas o rotas en el interior del catalizador provocan un aumento de los niveles de contaminantes en el escape, así como ruidos de vibración.
Por todo ello un catalizador defectuoso debe ser reemplazado rápidamente en un taller. Además de los catalizadores de repuesto, el catalizador también está disponible como pieza de reequipamiento. En particular los vehículos más antiguos se benefician del reequipamiento de un catalizador, ya que la carga fiscal puede reducirse cuando se reducen los gases contaminantes.
DAPARTO desaconseja el uso de un supresor de catalizador. Esto es un tubo que se instala para sustituir al catalizador y eliminar los efectos de este sobre el control de gases del escape. Algunos aficionados al motor afirman que es beneficioso para el motor, pero lo que queda claro es que los gases que se expulsen serán más contaminantes.
Deja un comentario