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‘El buen patrón’, los Blanco que se van encontrando en el camino

Un espectacular Javier Bardem destaca en esta ácida comedia de Fernando León de Aranoa que, sin duda, hace reconocer al espectador muchos sinsabores laborales

Una de las escenas de ‘El buen patrón’.

Los que van de colegas, los paternalistas, los campechanos que alternan con la plantilla en la cafetería y se echan un baile en la cena de Navidad; los mezquinos, los maquiavélicos, los que piensan que sus empleados son escoria y los tratan como a delincuentes; los que van de graciosos, los que se las dan de cultos e inteligentes, los que despiden a sus trabajadores y se autoconvencen de que el mal rato lo pasan ellos; los tiranos, los inmorales; los que no dan ni chapa, los inútiles, los que dan la mano como un obispo en fechas señaladas, los vanidosos, los que acosan… Parece que Javier Bardem los conoce a todos y ha construido con todos ellos un collage en el que los rasgos más característicos de cada cual brillan al unísono en una de sus creaciones actorales más espectaculares, de nuevo al servicio de Fernando León de Aranoa, en ‘El buen patrón’.  

el buen patron 5 - ‘El buen patrón’, los Blanco que se van encontrando en el camino Bardem llena la pantalla convirtiendo su personaje, Julio Blanco, en el arquetipo de ese miserable jefe encantado de conocerse y de controlar la vida de sus trabajadores dentro y fuera de su horario laboral, el egoísta manipulador que colecciona premios y ‘becarias’. Precisamente, estas dos últimas cuestiones centran las dos entretenidas horas de metraje de ‘El buen patrón’, 120 minutos en los que, a medida que avance la acción, al espectador se le irá congelando la sonrisa porque, sin duda, reconocerá muchas situaciones, muchas actitudes, muchos sinsabores laborales que en su día tuvieron como protagonista a su particular Julio Blanco.

La combativa reacción de un trabajador al ser despedido acampando a la entrada de Básculas Blanco como medida de protesta va a poner en jaque a la dirección de la fábrica, que espera la próxima visita de la comisión encargada de otorgar el premio anual a la excelencia empresarial del que, por supuesto, Básculas Blanco es finalista. El sueño por conquistar ese nuevo galardón y una serie de coincidencias que, indirectamente, ponen en peligro la producción y el trabajo en la factoría harán que este empresario, el paradigma del aparente ‘buenismo’ (agradable, simpaticote, siempre con una sonrisa) intente ‘salvar’ como sea la situación. Por el camino, irá demostrando la calaña de la que está hecho, precipitando, claro está, unos hechos en los que… ¿alguien tiene alguna duda de que saldrá airoso? Porque ese tipo de personajes son de los que siempre caen de pie. La grandeza de la película de León de Aranoa es que, como espectadores, prefiramos ser el despedido que, pese a haberlo perdido todo, conserva una dignidad que Julio Blanco nunca tendrá por muchos premios que coleccione.

el buen patron 3 - ‘El buen patrón’, los Blanco que se van encontrando en el camino Lo inteligente en el planteamiento de esta película que gustó en la sección oficial a concurso de la pasada edición del Zinemaldi es precisamente su apuesta por la comedia, sin duda, el género más eficaz y contundente a la hora de retratar las miserias humanas. Mucho se ha hablado del contrapunto que este filme ofrece a ‘Los lunes al sol’ (2002), un filme en el que León de Aranoa contó prácticamente con el mismo equipo técnico y artístico. Pero lo que en esta última película era un drama más cercano a ese cine social que tan bien hacen Ken Loach y compañía en el Reino Unido, en ‘El buen patrón’ se transforma en una sátira, una ácida y negrísima comedia más propia de la filmografía de Luis García Berlanga. Aunque, evidentemente, ambos filmes son dos visiones complementarias del mundo laboral desde distintas perspectivas.

Diálogos ingeniosos (Fernando Albizu con sus rimas asonantes está que se sale, como también todos los actores de reparto), situaciones bien planteadas… Esta producción es un ejemplo de película que se apoya, más que en la parte visual, en los actores y en un guión, en general, muy bien desarrollado, tanto que incluso se olvidan los titubeos narrativos iniciales y que cueste entender el servilismo casi feudal del personaje de Fortuna o el tópico y típico enamoramiento de la becaria con el jefe.

el buen patron 4 - ‘El buen patrón’, los Blanco que se van encontrando en el camino Tal vez porque Fernando León de Aranoa busca recalcar que, por mucho que los tiempos cambien, algunas cosas no lo hacen y más en ese microcosmos humano que es el mundo de la empresa, donde conviven lo mejor y de lo peor de los individuos. Porque lo que queda claro en ‘El buen patrón’ es que quien no golpea, termina recibiendo al final los golpes.


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