En los últimos años una pareja de halcones peregrinos anidaba en pleno centro de la ciudad. Se trataba de la única pareja que lo hacía en un edificio en toda la provincia. «Una autentica joya», aseguran desde Eguzki, cuya observación estaba a disposición de cualquier ciudadano. Una especie catalogada como «rara» y que en la ciudad es una pieza clave para el control natural de otras especies como, palomas, gaviotas, etcétera.
Sin embargo los ecologistas denuncian que esta pareja «ha sido expulsada» de su nido con motivo de las obras que se realizan en la catedral del Buen Pastor, y en la que los andamios han rodeado el nido obligando a la pareja a abandonarlo.
Según el catálogo vasco de especies amenazadas hay una medida que prohíbe expresamente la destrucción de los nidos o las molestias en el área de reproducción de esta especie. «Algo que ni los promotores de la obra ni los responsables técnicos de su permiso ni los responsables de la gestión de las especies protegidas han querido tener en cuenta», ha expresado Eguzki, en alusión explícita a la Diócesis de San Sebastián, al Ayuntamiento y a la Diputación.
La preocupación de los ecologistas se proyecta también al futuro ya que afirman que si la torre del Buen Pastor se transformara en una atracción turística se impediría el retorno de esta pareja a su anterior nido.
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